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EN LA PAZ DEL SEÑOR DESCANCE QUIEN SE QUEDO EN BARRANQUILLA PARA SIEMPRE EN LAS ENTRAÑAS DE SU TIERRA. GRACIAS POR SUS CANCIONES ALUSIVAS A LA TIERRA BARRANQUILLERA. ¡GRACIAS JOE........!¡PAZ EN SU TUMBA.... !.

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Barranquilla Weather Forecast, Colombia

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QUMRÁN.arenosa Bienvenido.Barranquilla se convirtió en el refugio predilecto para judíos, alemanes, polacos e italianos, adicionalmente, por los conflictos en el Medio Oriente.En la ciudad también habitan muchos venidos de Arabia Saudita, Turquía y Líbano. La última masa migratoria ha sido desde China. Del sur del país, en la ciudad viven muchos santaderenos y antioqueños---- Hay cinco carnavales con la categoria de Patrimonio de la Humanidad en el mundo, los de Oruro (Bolivia), Barranquilla (Colombia), Binche (Bélgica), Drametse (Bután) Makishi (Zambia) y San Juan de pasto (Colombia)..¡.Brindo un previo homenaje a la ciudad que me vio nacer y crecer, por sus 198 años de historia desde el 7 de Abril de 1813. Dios Bendiga y continué prosperando a sus hijos(as) tanto naturales como adoptivos en todas las colonias. o domesticas o foráneas. Somos una amalgama étnica cultural, con una identidad común, ser barranquilleros. Somos una fuente de información con formato y estilo diferente
¡Bienvenido a Barranquilla la cuarta ciudad del país,con más de 30.000 hectáreas cuadradas en el casco urbano . su nombre original fue barrancas de san nicolas. Es una de las ciudades más jovenes y cosmopolítas de Colombia.Tiene uno de los sectores residenciales màs grande y elegante de Colombia llamado El Prado.El cementerio màs grande de la patria llamado Cementario Catòlico Calancala el cual separa a los barrios de San Felipe, Los Pinos,Lucero y Chiquinquira. * Cuna de la aviación civil en Colombia. * Primera ciudad en transporte marítimo y fluvial. * Recibe el primer teléfono en Colombia. * Crea el primer puerto en el país. * Crea la primera compañía de servicios públicos (Telefonía). * El muelle de Puerto Colombia fue el segundo más largo del mundo en su época. * Se crea el primer hotel turístico en Latinoamérica (Hotel del Prado).

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Barranquilla Segundo Generador de Empleo en Renglon Turistico en Colombia

http://encolombia.com/turismo/ColombiaBarranquilla.htm

Turismo
Ocupación hotelera llegó a 56,9%
Entre las regiones más visitadas del país fueron Bogotá con 13,9 puntos sobre el promedio nacional, seguida de Cartagena con 9,6 puntos, Norte de Santander con 5,6 y Antioquia con 0,6 puntos.
Los hoteles 5 estrellas, a octubre de 2007, cerraron con un porcentaje de 64,2%.
La industria hotelera se consolidó como uno de los sectores más dinámicos de la economía colombiana en los primeros diez meses del 2007 al registrar un incremento de 1,44 puntos porcentuales más que en el mismo periodo del año anterior, tras ubicarse en 56,93%, lo que indica que la ocupación promedio nacional puede cerrar en un 59% aproximadamente. Así lo afirmó en conferencia de prensa, Jaime Alberto Cabal Sanclemente, presidente de la Asociación Hotelera de Colombia (Cotelco), quien aseguró que el positivo comportamiento del sector es el resultado del trabajo conjunto entre Gobierno nacional y los empresarios turísticos y hoteleros para mejorar y promocionar a Colombia como uno excepcional destino para invertir, adelantar negocios y hacer turismo. "Podemos decir que este ha sido un año excepcional para el turismo y la hotelería. Hemos ratificado a Colombia como uno de los destinos y países claves para invertir, adelantar negocios y hacer turismo, porque tenemos el potencial, los recursos naturales, el profesionalismo de quienes trabajan en la hotelería y sobre todo la amabilidad propia de los colombianos que saben y reconocen en el turismo un factor importante como generador de empleo y desarrollo", resaltó el dirigente gremial.
Tras entregar el balance de fin de año a los medios de comunicación, Cabal Sanclemente, destacó entre otros aspectos la presencia del Gobierno y los gremios del turismo en los diferentes escenarios internacionales donde se logró mostrar los avances de Colombia en materia turística y hotelera. "Hemos ratificado con eventos como la XVII Asamblea Mundial de Turismo y el Primer Congreso Mundial de City Marketing y Desarrollo Urbano, que estamos siendo protagonistas del turismo internacional y que los demás países ven a Colombia a una sin igual nación para adelantar proyectos turísticos e instalar empresa, lo que nos demuestra el potencial que tiene el país en este sentido", subrayó. En sus declaraciones el presidente de Cotelco, destacó como la industria hotelera continúa siendo un sector dinamizador de la economía, tras señalar que de acuerdo a cifras del Producto Interno Bruto (PIB) los servicios de hotelería y restaurantes crecieron en un 5.95 por ciento en comparación con el 2006. Las ciudades más visitadas
Entre las regiones más visitadas del país durante los primeros diez meses del año, según las estadísticas del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo se destacan: Bogotá con 13,9 puntos sobre el promedio nacional, seguida de Cartagena con 9,6 puntos, Norte de Santander con 5,6 y Antioquia con 0,6 puntos. Las regiones que incrementaron más el porcentaje de ocupación fueron: Antioquia que pasó de 55,9% en 2006 a 57,5 en igual período de 2007. Le sigue Norte de Santander que aumento el porcentaje de ocupación de 55,5% en 2006 a 62,5% en 2007. Cartagena se mantuvo en los índices de crecimiento al registrar un 66,5 por ciento en el 2007, frente a un 67 por ciento en el 2006. Bogotá, por su parte, recibió más turistas en este período ya que pasó de 69,9 por ciento a 70,8% en el mismo periodo de este año en ocupación hotelera.
Ocupación por categoría hotelera
Los hoteles con mayor ocupación fueron los de la categoría 5 estrellas con un porcentaje de 64,2%, seguido del segmento 4 estrellas que tuvo una ocupación de 58,5% y los hoteles de 3 estrellas con un 48,8%. Por meses Los meses con mayor porcentaje de ocupación fueron julio con 62,2% de ocupación y octubre con 62,02%. Sin embargo, todos los meses del año 2007 registraron índices de ocupación superiores a los mismos meses del año 2006 y 2005.
Inversiones
Las ventas hoteleras se incrementaron en el 2007 al pasar de 303 mil millones de pesos a 382 mil millones de pesos estimados, debido al ingreso de cadenas internacionales e inversiones nacionales.
Empleo
La industria del alojamiento generó durante el penúltimo trimestre del año, 76 empleos directos por cada 100 habitaciones disponibles, logrando un descenso en el índice de desempleo del 12,6% al 11,43%. La ciudad que generó mayor empleo fue Cartagena con un 97%, seguida de Barranquilla con un 96 por ciento. En tercer lugar se encuentra Boyacá con 89%, seguido de Bogotá con una tasa del 78% y Santa Marta con un 75%. Le siguen Antioquia con 74 puntos porcentajes; San Andrés con un 68 por ciento, el departamento del Atlántico con 65 puntos porcentuales, la zona suroccidental con 63 por ciento y el eje cafetero con 61 por ciento. CategorizaciónEn el 2007 se acogieron 179 establecimientos de alojamiento al programa de acompañamiento de la Asociación Hotelera de Colombia (Cotelco).
A la fecha han sido categorizados 44 hoteles en Antioquia, Atlántico, Boyacá, Bogotá, Cauca, Cartagena, Huila, Magdalena, Meta, Tolima y Valle del Cauca. Para el primer semestre del 2008 hay 60 hoteles listos, para integrarse al programa de acompañamiento de Categorización que adelanta Cotelco, gracias al convenio firmado con la certificadora SGS y el apoyo del Fondo de Promoción Turística de Colombia. Igualmente, la Dirección Comercial y de Proyectos de la Asociación ha logrado arbitrar recursos para acompañar en el 2008 a 100 hoteles más en el proceso de categorización.

Causas, dimensiones y naturaleza del movimiento migratorio. Árabe y Judío a Barranquilla y Colombia



www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=518764

http://www.encuentroculturalcolomboarabe.org/informacion/comunidad.htm
Las causas de la emigración masiva de cristianos del territorio sirio bajo dominio Otomano, y de Siria, Líbano y Palestina bajo los mandatos británicos y francés, han sido analizadas por otros autores. Las consideraciones económicas fueron determinantes, auque también influyeron razones políticas, sociales y religiosas. Es interesante indagar porque los emigrantes escogieron Sur América, y Colombia en particular, como su destino final. No hay una respuesta sencilla.

Muchos emigrantes tenían a Norte América como su primer destino, y arriban a Sur América casi por casualidad o debido a maniobras de inescrupulosos agentes marítimos. Otros probaron suerte primero en Norte América, y tras encontrar allí condiciones desfavorables, se movieron hacia el sur. Muchos, simplemente, siguieron el ejemplo de amigos y parientes o se motivaron por los relatos de libertad y riqueza de los emigrantes que regresaban. Si se concibe el Atlántico como una extensión del Mediterráneo, no es sorprendente que los sirio-libaneses reescogieran a Sur América, donde ya tenían vínculos económicos y con cuya población compartían ciertas similitudes culturales.

Colombia, a pesar de su gran extensión y de sus recursos, recibió relativamente pocos inmigrantes sirio- libaneses, como de cualquier otro origen. Como lo ha observado Malcolm Deas, “las grandes olas de migración transatlántica del siglo pasado no tocaban a Colombia”. Sus características tropicales, la pobreza de sus comunicaciones internas y la ausencia de una efectiva política de inmigración fueron barreras significativas; además en el periodo que se estudia, el país se vio afectado por guerras civiles y problemas económicos. Colombia fue, ciertamente, un destino menos atractivo que Argentina, Brasil o Chile. Sin embargo, a pesar de las condiciones adversas, Colombia recibió su cuota de inmigrantes europeos y de otras regiones. Para los inmigrantes árabes en particular, Colombia, conjuntamente con países de Sur América, era apreciada como una tierra de oportunidades, un escape de problemas económicos y de presiones demográficos, un refugio contra las persecuciones sociales y religiosas, y una manera de evadir el servicio militar. “Venían a América considerándola un mundo de ilusión y fantasía, con un ambiente político libre, y con una única riqueza, su juventud y su animo de superación”. Como lo recordó un inmigrante mas tarde: “Para nosotros emigrar al continente americano era encontrarse con la abundancia, la riqueza, con las grandes oportunidades, en fin con el paraíso terrenal. En forma simbólica muchos decían que el oro se encontraba en las calles de América.
Colombia país de pocos inmigrantes excepcion la costa caribe
Mientras Colombia, en general, recibió relativamente pocos inmigrantes, la Costa Atlántica y en particular la población de Barranquilla, fueron importantes excepciones. Barranquilla, la segunda ciudad del país en este periodo, ha sido comprada con otras sociedades latinoamericanas en las cuales los inmigrantes han representado un papel significativo en su desarrollo. A causa de su estratégica localización y su posición como el puerto más importante del país, y como el centro comercial e industrial que mostraba una alta rata de crecimiento, Barranquilla fue un punto para los inmigrantes extranjeros. El Ministro de los Estados Unidos en Bogotá opino que era un buen sitio para residir, no solo entre los sitios tropicales de América sino también comparado con su propio país. En la última parte del siglo XIX, la ciudad se había convertido en la residencia de un significativo número de judíos provenientes de las Antillas Holandesas, de alemanes, italianos, cubanos, norteamericanos, franceses, venezolanos e ingleses. Muchos norteamericanos y europeos regresaron a sus países de origen, pero su influencia, así como la de quienes se establecieron definitivamente en Barranquilla, fue suficiente par darle a la ciudad un distinguido aire cosmopolita “Su admirable espíritu cosmopolita se irá reafirmando a la par con su crecimiento y las riquezas que allí se desarrollan la convertirán en un centro de atracción universal, asiento de todas las razas...”

Para los sirio libaneses, Barranquilla, Cartagena y varios pueblos pequeños de la costa caribeña fueron los destinos mas frecuentes, aunque la capital, Bogotá, y otras importantes ciudades del país, como Cali, también recibieron un considerable número de dichos inmigrantes. A pesar del duro clima de la Costa, la región, ofreció indudablemente condiciones favorables para que los árabes se establecieran y extendieran sus actividades comerciales. Un inmigrante recordó “el calor que hacia y las calles arenosas aun sin pavimentar. En Barranquilla los inmigrantes pasábamos sin problemas alguno. Fue un a suerte haber llegado a esta ciudad.

Los primeros arribos identificados de inmigrantes sirio-libaneses a Colombia datan de la década de 1880. entre los primeros en llegar se encontraron los hermanos Marún, del Líbano, Meluk y Rumié, de Damasco, y Mundi, de Bethala. A comienzos de 1900 había numerosas referencias de inmigrantes sirios, por lo general de tenderos anunciando sus mercancías en la prensa local: los hermanos Nassar y Fayad en Bogotá y los Abuchar en Cartagena. La mayoría, sin embargo, llego a la vuelta del siglo y el movimiento declino durante la década de 1930. Desafortunadamente, no existen estadísticas confiables publicadas sobre la inmigración en Colombia pero es posible suponer que el patrón de inmigración fue similar al del continente americano, donde la depresión de 1930 tuvo un impacto decisivo en la caída del movimiento migratorio. De todas formas, Colombia, como otros países, introdujo serias restricciones a la inmigración en 1937.
La mayoria entro por el puerto de barranquilla
Casi todos lo inmigrantes sirio libaneses llegaron a Colombia en barcos europeos, saliendo de sus puertos de origen vía el Mediterráneo. La mayoría arribo directamente a Barranquilla (Puerto Colombia) y un pequeño numero a Cartagena y Santa Marta. Unos pocos llegaron de otros puertos suramericanos. El caso de un nativo de Beirut que finalmente decidió radicarse en Colombia después de haber pasado por Buenos Aires, Santiago, Panamá y Caracas no fue único. Típicamente el recién llegado disponía de pocos recursos económicos, y llevaba comúnmente una maleta llena de mercancía para comenzar una vida de buhonero. Algunos, como los Abuchar o los Meluk, llegaron con algún capital, y en la mitad del siglo ya se habían establecido en sus negocios con éxito. Sin embargo, la imagen del buhonero, o del pequeño tendero, es la que ha sido perpetuada por la literatura colombiana.



Al libanés lo conoció una tarde de Junio de mil novecientos quince, en un verano extenso y ardoroso. Entro por la puerta grande de la sala con una maleta colgando de su brazo derecho y en la cual, como los huesos bajo de una piel, se relievaban bultos excesivos, durezas que amenazaban romperla, masas disformes que se apretujaban alzando o ahuecando el cuero y trasmitiendo a éste un tono animal, perruno, de objeto fiel y sufriente. Esa maleta ella lo supo allí mismo y después lo confirmaría en sus horas de intimidad con ella y con los elementos que transportaba era la historia viviente del libanés.
Censo de la Población árabe en colombia
Es imposible precisar el número de árabes que llegaron a Colombia. Los registros de las autoridades portuarias colombianas son escasos antes de 1.930 y los datos disponibles de las autoridades sirias, libaneses y palestinas, dicen muy poco sobre el destino final de sus inmigrantes. Evidentemente, las grandes masas de emigrantes que llegaron a los Estados Unidos y a otros países de Sur América y Brasil, no tienen paralelo en Colombia. Es más apropiado hablar de un flujo sostenido entre 1890 y 1930. En este último año, uno de los primeros que ofrece cifras publicadas confiables, sólo unos 300 libaneses, palestinos y sirios, llegaron a Colombia a los puertos de Barranquilla, Buenaventura y Cartagena. Las cifras de 19311 son similares. Las posteriores comienzan a disminuir: solo 100 inmigrantes entraron a Barranquilla en 1937. Cuando las restricciones impuestas comenzaron a tener efecto en el año siguiente, la cifra se redujo a la mitad. Entre los años 1940 y 1943 solamente arribaron a Colombia 104 sirio libaneses.

Los censos también suministran informaciones sobre el número de extranjeros que viven en Colombia. Así el censo de 1938 indico que solo 680 árabes residían en Barranquilla. Según el mismo censo, para ese año en el departamento de Bolívar, el dato para la categoría “asiáticos con restricciones” fue de 1.070.

Como puede apreciarse, es muy difícil estimar con certeza las dimensiones de la población arabe en Colombia. Con frecuencia había tantos arribos como salidas en cualquier puerto en un año dado, y la categoría “inmigrante”, como fue el caso en muchos países de América Latina, era aplicada únicamente a los viajeros de segunda o tercera clase. Los censos también presentan la limitación de que solo incluían a los extranjeros residentes en el país y no a sus descendientes, muchos de ellos considerados ya nacionales, o por nacimiento en el país, o por naturalización. No obstante, al analizar en conjunto la información y comparada con las estadísticas disponibles sobre la población sirio libanesa y sus descendientes en Colombia, un estimativo entre 5.000 y 10.000 para 1930 y entre 20.000 y 30.000 para 196 parece aceptable. Teniendo en cuenta una relativa alta tasa de natalidad y la juventud de los inmigrantes, para la época actual podría presentarse una cifra tentativa de 50.000 personas de origen sirio libanés en Colombia.
Primeros inmigrantes Sirios Libaneses y Palestinos
Un estudio sobre la comunidad arabe editado por Ahmed Mattar y publicado por primera cvez en 1945, identifico 900 libaneses, sirios y palestinos, de los cuales las dos terceras partes eran cabezas de familia residentes por ese entonces en Colombia. Esta cifra indicaría una población total de 5.000 teniendo en cuenta que la mayoría de los inmigrantes estaban casados y tenían familia numerosa. Las cifras del estudio de Mattar son inferiores a las estimadas arriba, sin embargo su guía es incompleta. Algunos municipios con buen número de población arabe, tales como El Banco u Ocaña, fueron omitidos, así como muchos nombres de familias establecidas en otros pueblos. No obstante, la publicación de Mattar, que trae información sobre la comunidad sirio libanesa en Colombia en algunas poblaciones e incluye detalles sobre los miembros de familias y lugares de origen, es una fuente de consulta muy útil.

Los primeros inmigrantes sirio libaneses en Colombia fueron, en general hombres y jóvenes solteros. Este patrón, sin embargo, cambio pronto cuando comenzaron a llegar los parientes y cuando muchos de los jóvenes se casaron escogiendo sus esposas entre miembros de la comunidad local, o de sus ciudades o pueblos de origen a al retornara ellos en alguna visita. De acuerdo con el censo de 1928, de 680 sirios residentes en Barranquilla, 205 eran mujeres. Un creciente número de matrimonios tuvieron entonces lugar en Colombia, un significativo numero de ellos, cerca del 10% de acuerdo con Mattar, con mujeres colombianas.

Este ensayo se ha orientado, hasta ahora, a los sirios, libaneses y palestinos en Colombia sin mayores referencias al tamaño de la diferentes comunidades o a sus precisos lugares de origen o a su religión. Al igual que en otros países americanos, los libaneses predominaron en Colombia, seguidos por los palestinos y sirios en este orden. Sin embargo, el cuadro varia considerablemente de región en región, según lo anotado arriba.

Con referencia a su lugar de origen, los inmigrantes libaneses en la región de la costa provinieron de Zahel, Akkarm, Trípoli, Balul, Beirut, Jartún y Miniara; los que llegaron al interior del país, primordialmente de Beabda, Haret Hreik, Hadeth el Jebbea, Rashia Alwadi, Barmana, Hamana y Chiah. Los palestinos venían de Belén y Bethala; los sirios predominantemente de Damasco.

La comunidad Sefardi Judía su entrada por y sus aportes al puerto de Barranquilla Colombia








compatibilidades.blogspot.com/2007/12/barranq...

Es importante señalar que el desarrollo y la importancia de Barranquilla en el ámbito nacional está directamente ligado a las diversas inmigraciones que encontraron albergue en esta ciudad durante el siglo XIX. Al final de la Colonia, era una aldea poblada por humildes pescadores, artesanos y agricultores. En 1775 Barranquilla fue incorporada como corregimiento de la Provincia de Cartagena, sólo se transformó en Villa el 7 de abril de 1813. En 1823, el libertador Simón Bolívar le entrega al judío alemán Juan Bernardo Elbers la primera concesión para navegar en barcos a vapor por el río Magdalena, luego algunos correligionarios siguieron sus pasos y fundaron compañías de transporte fluvial. En 1832, Abraham Isaac Senior estableció el cementerio hebreo de Barranquilla, que posteriormente iba a ser incorporado al cementerio Universal de dicha ciudad. Tres años después Barranquilla tenía 5.359 habitantes y comenzó a transformarse en un puerto importante en la región. En 1850, se consolida una pequeña, pero significativa comunidad sefardí. Poco a poco, Barranquilla supera la población de Santa Marta, aun cuando el puerto principal de la costa sigue siendo Cartagena.







Los Judíos Sefardíes en Barranquilla
No sabemos mucho sobre las actividades de los primeros judíos en Barranquilla, pero es claro que varias firmas de judíos sefardíes como fueron los Salas, los Senior, los Correa, le pidieron permiso al gobierno nacional para importar mercancías a través del puerto de Sabanilla. Así, el comercio, las importaciones y exportaciones que se van a efectuar a partir de dicho puerto van a marcar un auge que impulsó el desarrollo de la ciudad. Según el interesante estudio realizado por Adelaida Sourdis Nájera, va a ser en la casa de Abraham Isaac Senior donde se van a reunir los judíos sefarditas de la ciudad en minyan para rezar y leer el Pentateuco. En dicho período el rabino de la comunidad es don Moisés De Sola. Según los testimonios de Rodolfo Cortissoz, la comunidad se reunía todos los sábados y se celebraban las fechas de año nuevo en septiembre y el día del perdón. Para 1871, Barranquilla cuenta con 11.595 habitantes y es el puerto más importante de la región superando a Cartagena que en ese momento contaba con 8.603 habitantes y a Santa Marta con 5.702 almas.
El papel que vino a desempeñar la comunidad judía sefardí en el desarrollo de la ciudad fue documentado en el cuidadoso estudio Árabes y judíos en el desarrollo del Caribe colombiano,1850-1950, realizado por Louise Fawcett y Eduardo Posada Carbó. Es claro que la llegada de inmigrantes judíos, sirio-libaneses y alemanes, entre otros transformaron a ciudad y la convirtieron en la urbe más cosmopolita de país. Entre el grupo de familias sefardíes se destacan los apellidos: Senior, Salas, Alvarez-Correa, Cortissoz, De Sola, López-Penha, Sourdis, Juliao, Salzedo y Heilbron, por mencionar algunos. El rápido crecimiento y el desarrollo económico se explica en parte por la favorable ubicación de la ciudad, pero también debido a que se generó una sociedad atractiva, libre de barreras sociales, donde estos grupos de inmigrantes encontraron la posibilidad de interactuar sin problemas ni dificultades, porque no enfrentaron las convenciones que hicieron a Medellín y a Bogotá ciudades difíciles y cerradas. Barranquilla como ciudad nueva, pujante, abierta a múltiples costumbres, más generosa que las ciudades tradicionales, tenía que transformarse en la urbe de mayor crecimiento con un porcentaje del 3,8% algo hasta ese momento nunca visto en la historia demográfica del país.
Fawcett y Posada Carbó señalan que la elección de David Pereira como Gobernador de la provincia de Barranquilla en 1854 era ya un indicativo de la integración alcanzada por la comunidad judía durante la segunda mitad del siglo XIX. Por ello, la historia de este grupo de inmigrantes está íntimamente ligada a la transformación de la ciudad que la va a llevar a ser el puerto más importantes del país. En 1871, siete de las veintidós contribuciones más elevadas de los impuestos, fueron pagadas por firmas originarias de Curazao. Es evidente que estos inmigrantes tenían unos contactos comerciales y un conocimiento económico que no había en la región.







Logros en el Ámbito Social y Cultural








Fueron múltiples los logros destacados en el ámbito social y cultural que se pueden atribuir a esta ola inmigratoria. Entre los más relevantes hay que señalar el acueducto de Barranquilla, dado al servicio en 1880 y construido gracias al impulso de Jacobo Cortissoz y Ramón B. Jimeno, asociados con miembros de la comunidad sefardí. Según Adelaida Sourdis Nájera, el grupo judío controlaba 255 de los 406 votos. Jacobo Cortissoz fue nombrado presidente del acueducto. Así mismo un buen número de inmigrantes judíos fundó el Club Social de Barranquilla. El primer banco de la ciudad, el Banco de Barranquilla fue establecido por don Jacobo Cortissoz y 17 accionistas de judíos, que controlaban el 31% de las acciones.
También cabe resaltar que en 1919, Ernesto Cortissoz tuvo un papel determinante en el establecimiento de la primera compañía comercial de transporte aéreo que funcionó en el Nuevo Mundo, SCADTA. Por cierto, para honrar su memoria el aeropuerto internacional de Barranquilla fue bautizado con su nombre. El mundo cultural y las artes no les fue ajeno a estos judíos sefardíes. La obra literaria de Abraham Zacarías López-Penha, quien nació en Curazao en 1865 y vivió en Barranquilla desde muy joven, representa una bocanada de aire fresco para la época y aun cuando se pierde en las brumas literarias del país, merece ser redescubierta y reconocida como una de las obras que inaugura una época y una nueva tendencia en la literatura del país. En el estudio titulado Historia de la poesía colombiana, se le reconoce el mérito de ser el primer escritor que estableció contacto con los modernistas franceses. En su publicación Flores y perlas, un quincenario, tradujo por primera vez a Mallarmé, Baudelaire y Rimbaud. Mantenía correspondencia con Rubén Darío y con Max Nordau, entre otros. Fue amigo del poeta modernista colombiano Luis Carlos López. Y con "el tuerto" López y Manuel Cervera publicaron una antología de poemas titulada Varios á varios. Su poemario Cromos fue prologado por Nicanor Bolet Pedraza y editado por la Biblioteca Azul de París en 1895. Dos años después publica su primera novela Camila Sánchez y en 1898 otro volumen de versos con el título Reflorecencias. A pesar de las referencias a sus publicaciones en el Diccionario Espasa de 1915, podríamos decir que en Colombia sus poemas y novelas se han olvidado y desconocido. La suya es una cripto-obra dentro de la literatura colombiana. De acuerdo con Alfredo de la Espriella, historiador barranquillero, este judío sefardí goza, entre otras cosas, del mérito de ser el autor de la primera novela esotérica de Colombia titulada La desposada de una sombra que fue editada por la librería de la Vda. de Ch. Bouret en 1902 en México.
En una nación gobernada en aquellos días por conservadores, que se consagraba todos los años al Sagrado Corazón de Jesús, las composiciones de López-Penha fueron un desafío por su tono escéptico y agnóstico. Vale la pena ver un ejemplo:
¿Presumís dudar que descendemos
de los gorilas y otras bestias, asno de Dios?
No; si no aprended á mirar en redor vuestro,
y, luego, contemplaos en un espejo vos...
de fijo os convenceréis al cabo, ¡es lógico!
que el mundo, en suma, es un jardín zoológico;
que el hombre es un piteco mentecato
con un poco más vicios que el primato;
que, tras de inventar un Dios á imagen suya,
entre luces, incienso y beatíficas fanfarrias,
le exige un cielo en cambio de salmos y aleluyas,
puesto en hipócrita actitud de parias...
en verdad os digo: el templo está desierto,
y el Dios del hombre-mono está bien muerto!
La irreverencia del poeta sefardí impidió que las páginas literarias de los diarios capitalinos, lo reconocieran. Alfredo de la Espriella, en una conferencia que dictó a la comunidad judía con motivo de los 500 años del Descubrimiento de América y expulsión de los judíos de España, explicó: "No comulgaba con el laurel fachendoso de los poetas bogotanos, o su poesía patriótica o los juegos florales que tanto caracterizaron la producción literaria de su época.". David López-Penha, su hermano, era el dueño de un café llamado La Estrella (tenía grabada en la puerta la Estrella de David). Ahí, Abraham Zacarías se deleitó con la lectura de los modernistas. También los López-Penha, entre sus múltiples negocios, tuvieron a bien establecer el primer el cinematógrafo de la ciudad y fueron dueños de librerías prestigiosas. El poeta Clímaco Soto Borda, refiriéndose a la actividad periodística y divulgadora de López-Penha, solicitó que: “se estableciera un cordón sanitario en redondo de nuestra Atenas la pretenciosa denominación con que se tildaba y todavía se tilda a Bogotá para que librase a nuestros bardos de aquel terrible contagio”. ¿Cuál era el temor de Soto Borda? ¿Sería que intuía que López-Penha y los modernistas, el cine y las nuevas artes marchitarían el romanticismo floral de los poetas de la Gruta Simbólica? A pesar de la polémica que despertó en su momento López-Penha, hoy ha caído en total olvido. Siempre me ha extrañado que Colombia, un país de poetas, tan atento a cualquier vate, descuide y desconozca la obra de López-Penha con tanta pasión. Es inexplicable el olvido al que someten a este poeta sefardí enterrándolo en las bóvedas de la historia literaria colombiana. Me atrevo a pensar que se debe al desconocimiento de sus escritos. Pero, sorprende y resulta sospechoso el desdén y amnesia del mundo poético por sus obras. Tal vez por ello sea apropiado recordar uno de sus versos que dice:
En un rincón de la casa
la araña teje que teje,
y el sol alumbra que alumbra,
y el hombre miente que miente.
Las actividades, tanto comerciales, industriales como artísticas, de estos inmigrantes le dieron a la comunidad judía sefardí una eminente posición dentro de la vida social y económica de Barranquilla. Es bueno destacar que la presencia de estos inmigrantes judíos lejos de producir celos, fue recibida con entusiasmo y de manera cordial. Sin embargo, el desarrollo que fomentó esta comunidad y el impacto que tuvo en la ciudad caribeña no ayudó para que el gobierno colombiano tuviera una actitud más tolerante y benévola hacia la nueva ola inmigratoria de judíos que vendrían de Europa oriental durante la década de los veinte, treinta y cuarenta huyendo de la depresión, de la guerra mundial y el holocausto.
Los judíos de Europa oriental
Las constantes guerras civiles, los problemas de comunicación, las condiciones climáticas del trópico hicieron de Colombia un lugar poco atractivo. Nunca se pensó en ella como tierra prometida. Evidentemente, no fue el primer destino de los inmigrantes europeos. Muchos soñaban con llegar a Nueva York y a Buenos Aires. Pero algunos encontraron dificultades para entrar a Nueva York y terminaron en Cuba, de ahí vinieron a Colombia. A principio de siglo, después de la primera guerra mundial hay una pequeña ola inmigratoria de gente que, escapando de la difícil situación rusa y europea, llegaría a estas costas. Para su sorpresa, encontraron que la comunidad sefardí, de la cual tanto se hablaba, había desaparecido prácticamente. Estos judíos hallaron sólo unas cuantas familias que conservaban sus tradiciones. Los judíos europeos hablaban un idioma distinto, el yiddish, y tenían costumbres, ritos y una cultura judía diferente a la de los sefardíes. La primera vez en que estas comunidades se encontraron y compartieron plenamente vivencias fue en América durante estas décadas de principio del siglo XX. Sin embargo, el encuentro no siempre fue fácil. Los judíos que pertenecieron originalmente a la comunidad sefardí durante el siglo XIX escasamente habían creado instituciones judías y muchos de ellos se integraron a la vida nacional. Un hecho a destacar de estos judíos europeos, es que a los pocos años de su llegada fundaron instituciones judías como el Centro Israelita Filantrópico en 1927 y el Colegio Hebreo Unión en 1935. Durante las décadas de los treinta y cuarenta, los judíos que intentaron venir a Colombia se toparon con una serie de trabas legales. Y los que arribaron eran tanto sefardíes como esquenazitas, unos venían de Polonia, Rusia y Rumania, otros de Siria, Egipto y Turquía. No obstante la diversidad de procedencias, fue reducido el grupo de judíos que se estableció en el país, ya que la mayoría debió inmigrar de manera ilegal. La inmigración en esos años, tanto de árabes sirio-libaneses como de judíos a la costa norte a Colombia, fue pequeña y gracias a sus números exiguos (arribaban entre diez y quince personas en cada barco) nunca llamaron de una manera especial la atención de las autoridades inmigratorias. Ahora bien, vale la pena destacar que en Colombia, históricamente, la ilegalidad no ha constituido necesariamente una barrera insalvable. Los inmigrantes que entraron compraron sus visas o mintieron frente a las autoridades. Durante ese periodo Colombia padeció un solapado antisemitismo oficial que fue documentado y analizado por dos destacados periodistas investigativos: Silvia Galvis y Alberto Danadio en su libro Colombia Nazi.








Olas Inmigrantes de Europa a Colombia
En la preguerra surgió un tráfico de visas, resultado de las prohibiciones que se establecieron en torno a la inmigración. Los inmigrantes que ya habían logrado asentarse y que vinieron a Colombia durante la década de los veinte y principio de los treinta, ante las dificultades que vivían sus familiares en Europa, hicieron lo imposible por traerlos legalmente. Sin embargo, el gobierno los obligó a depositar en el Banco de la República la elevada suma de mil pesos para empezar las diligencias legales (en otras palabras, unos once mil dólares de hoy día) lo que hacía particularmente difícil y onerosa la traída de cualquier pariente al país. La angustia los llevó a trabajar en forma tesonera y a ahorrar para pagar la suma que demandaba el Estado para comenzar unos trámites que, no necesariamente, garantizaban la admisión de los suyos. Los que llegaban debían jurar que eran mecánicos agrícolas o expertos en aguas o riego, cualquier profesión o práctica, pero nunca la del comercio, la única que en verdad podían ejercer. El Ministro de Relaciones Exteriores de la época, Luis López de Mesa, quien gozaba entre los círculos de poder de una indiscutible fama de "sabio" fue el artífice de esta visión discriminatoria. Estudios como el del sociólogo Carlos Uribe Celis, titulado Luis López de Mesa, aproximación crítica a su obra, permite entrever las concepciones racistas y xenófobas de este personaje. Era claro que López de Mesa consideraba inconveniente la inmigración de judíos dadas “sus costumbres invertebradas de asimilación de riqueza por el cambio, la usura, por el trueque y el truco, sin arraigar en las actividades de su producción y transformación”. Las absurdas teorías racistas de López de Mesa lo llevaron a emitir una circular el 30 de enero de 1939 a todas las embajadas donde subrayaba: “Considera el Gobierno que la cifra de 5.000 judíos actualmente establecida en Colombia constituyen [sic] ya un porcentaje [sic] imposible de superar [...] opongan todas las trabas humanamente posibles a las visas de nuevos pasaportes a elementos judíos”.
Frente a dichos prejuicios y, bajo condiciones inciertas de sospecha, llegaron los pocos judíos europeos que empezaron a residir en el centro de Colombia. Aun cuando existió un antisemitismo oficial que dificultó su entrada y la de sus familiares al país, también hay que decir que Colombia, desde los días de la Conquista, acuñó y volvió propia la famosa frase del conquistador Sebastián de Belalcázar: "se obedece pero no se cumple". Y por más que los decretos prohibieran la entrada de judíos o que llegarán con papeles falsos no se registraron denuncias, devoluciones o extradiciones de quienes consiguieron ingresar al territorio nacional. Colombia siempre ha mantenido una actitud ambivalente y discrepante con sus propias leyes, y los colombianos se mueven sin problemas entre un país legal y otro real. Por lo tanto, los judíos a pesar de su ilegalidad, pudieron desarrollar una vida judía sin mayores dificultades y crearon instituciones como sinagogas, colegios, revistas, clubes, carnicerías para sus dietas religiosas, cementerios y pudieron crecer y prosperar dentro de la cultura que traían de Europa y el Medio Oriente. Ahora bien, estos judíos, a pesar de las condiciones precarias con que llegaron, gracias al tesón y empuje dejaron una gran huella sobre la realidad colombiana. En 1941 se calculaban en 6.000 la población judía en todo el país. Lo que impresiona de esta inmigración, al igual que la de judíos procedentes de Curazao a Barranquilla, es que, a pesar de su pequeño tamaño, transformaron y ayudaron a modernizar a Bogotá y a aquellas ciudades en que se asentaron en Colombia. Fabricaron lo que el presidente Alberto Lleras Camargo calificó en un artículo que escribió a propósito del libro de crónicas de la época Yo vi crecer un país de Simón Guberek, como: “Una humilde revolución”. Sin duda, como anota Lleras Camargo, fue una tarea que si se hubieran impuesto realizar en forma deliberada, a lo mejor no habrían logrado con tanto éxito. Los famosos quincalleros, buhoneros o clappers, como se llamaban en yiddish, con sus pesadas maletas y sus ventas a plazos, instituyeron un sistema de confianza en una república que desconocía esta práctica. Lograron que por primera vez se dejara de distinguir a las personas simplemente por sus vestiduras. En la década de los treinta y principios de los cuarenta todavía se habla con desprecio del "ruaneta" (el hombre que usaba ruana). Colombia era un país marcado por una estructura social donde el vestido era claramente indicador de la clase a la cual se pertenecía. Y para ser llamado "doctor" en las décadas de los veinte y treinta bastaba calzar zapatos y vestir paño inglés. Ante una Bogotá parroquial e intolerante, con una movilidad social tan precaria, los judíos le permitieron a una clase humilde, confundirse con las clases pudientes y establecieron el crédito en una tierra, donde era ajeno desde la llegada de los españoles. En palabras de Alberto Lleras Camargo:
Inventaron el crédito a personas que siempre se juzgaron insolventes, tal vez porque lo eran. Después de colocar los artículos, establecían una tabla mínima de pagos semanales, cincuenta centavos, un peso, y volvían cada domingo (jamás el sábado sagrado, a pesar de ser día de pagos) a recaudar su crédito de confianza a esos millares de personas humildes, artesanos, empleados domésticos, obreros no calificados, por todos los barrios pobres. Y no sólo en ellos sino buscando en la capa más pobre de la burguesía su clientela. Y vistiéndola, y cambiando poco a poco la faz de una nación de campesinos en algo mejor, menos pintoresco, más uniforme, pero también más igualitario.
Es evidente que los cambios que generaron no pasaron inadvertidos entre la burguesía bogotana; por ello, pequeños grupos a finales de la década de los cuarenta, lo entendieron como una amenaza y provocación a las buenas costumbres y tradición cristiana. En 1946, se vivieron instantes preocupantes: el partido conservador colombiano, que simpatizó con el nazismo y con el fascismo español, incitó a sus seguidores a que apedrearan el comercio judío, localizado sobre la carrera séptima. A pesar del susto y las dificultades, el incidente no pasó a mayores. El mundo de estos inmigrantes, los miedos que tuvieron que vivir y que encontraron, están retratados en la obra literaria de uno de los judíos de esta inmigración, Salomón Brainski en Gente de la noria: cuentos bogotanos escrito en 1945. Brainski era un inmigrante de D'zelechow, Polonia a quien le tocó la experiencia de ser buhonero en Bogotá. En el café Sherman, el café que fundaron los judíos en la ciudad y en el cual se reunían para jugar naipes y ajedrez, Brainski escuchaba en forma regular las experiencias de otros quincalleros. La vida literaria en aquellos días rotaba alrededor de salones que combinaban la tibieza acogedora de las cafeteras con el ruidoso golpe de las carambolas de sus billares. En estos cafés, conoció a los escritores de la época, entre ellos al poeta Luis Vidales, uno de los primeros vanguardistas de Colombia, a quien interesaron sus historias. Como Brainski escribía en yiddish, decidieron traducir los cuentos. Los relatos de Brainski, en el español de Vidales, impresionan: son simples, pero revelan a un país provinciano que se mantenía alejado del extranjero. La obra de este escritor gana un espacio en la literatura colombiana por ser uno de los primeros narradores urbanos, pues las novelas que se escribían en la época se centraban en mundos rurales. Había muy pocos cuadros que pintaran la ciudad y la gente que residía en los barrios de invasión, que brotaban de las montañas de la capital. Los cuentos de Brainski son pioneros al describir las angustias y dificultades de aquellos habitantes. Según el poeta Vidales: "No hay en su manera de contar nada extraño, nada artificial; únicamente el secreto que surge de las costumbres diarias de las gentes humildes, en discurrir natural, lógico y realístico". Brainski retrata el miedo y a su vez la gentileza de un pueblo, que no estaba acostumbrado a ver foráneos. Nos dice en su cuento Vidas truncas:
Cada día se veían más de esos "alemanes", "rusos", "polacos", de esos "misteres" encorvados bajo el peso de sus mercaderías, que golpeaban de puerta en puerta ofreciendo sus productos a plazos. No era igual el trato de la población para esta gente. "Gringos" decían unos, "ladrones" decían otros y "pobrecitos" se arranca una que otra vez un suspiro de alguna mujer, sobre el destino de esta gente desarraigada de sus tierras y hogares en busca de un pedazo de pan.
Salomón Brainski es el primer escritor que dibuja un mundo judío en Colombia y uno de los primeros escritores urbanos del país. Ahora bien, el nacimiento del Estado de Israel en 1948 ayudó a mitigar los miedos y el antisemitismo o cualquier manifestación displicente que pudiera surgir tanto en la prensa como en la realidad nacional. Indiscutiblemente, este hecho tranquilizó a los judíos en el mundo. Colombia, frente al nacimiento del Estado judío como siempre tomó una posición ambigua, no se contó entre los países que apoyaron la creación de Israel; en la votación de 1947 en las Naciones Unidas, se abstuvo. Durante la década del cincuenta la inmigración a Colombia de judíos se redujo y estuvo compuesta básicamente por personas que se salvaron de la guerra y que sobrevivieron a los campos de concentración. Venían en busca de sus familiares ya radicados en una de las ciudades del país.
Realidad actual: inseguridad y emigración
A partir de la década de los sesenta, la participación de la comunidad judía en la realidad nacional fue activa y se vio reflejada en todos los ámbitos nacionales: comercio, industria, medicina, ingeniería, en las universidades, tanto en las ciencias como en las artes. Aun en la política han comenzado a surgir y a participar personalidades judías, campo en el cual siempre fueron temerosos y parcos en coadyuvar. La realidad de las comunidades judías se ha ido identificando cada vez más con el de las clases medias y dirigentes del país y, por consiguiente no podía ser diferente a éstas. En pocas palabras, comenzaron a padecer y a ser víctimas del flagelo que ha marcado a Colombia: la violencia. Debido a que ésta ha aumentado y que el secuestro se ha convertido, a partir de la década de los setenta, en un mecanismo de financiación de la guerrilla, muchos miembros de la comunidad fueron blanco de este crimen. Y aunque, se puede decir que en Colombia todas las familias del país en forma directa o indirecta han resultado tocadas por la violencia, lo mismo se puede afirmar de miembros de la comunidad judía. Ante, tales circunstancias muchas familias comenzaron a preferir que sus hijos realizaran estudios superiores en el exterior. Poco a poco, las nuevas generaciones empezaron a labrar un futuro y destino diferentes, separados del de sus padres; situación que llevaría paulatinamente al abandono del país y a que el número de personas de la comunidad esté disminuyendo en forma sucesiva.








La violencia los esta desterrando de Colombia
Ahora bien, no sólo los miembros de la comunidad judía en la última década han comenzado a dejar el país. También es cierto que las clases medias, los profesionales, los industriales y comerciantes de Colombia han optado por solicitar en forma masiva, especialmente en los últimos años, visas de residentes en el exterior, hecho que ha sido reportado por la prensa nacional en forma continua y detallada. Los detonantes para esta emigración masiva han sido múltiples: la recesión económica que vivió Colombia durante el gobierno de Samper, los secuestros masivos, la Ley 002 de la guerrilla o las FARC -que extorsionan a aquellos con un capital superior al millón de dólares- el fracaso del proceso de negociación del gobierno del presidente Pastrana, así como la corrupción de los organismos de seguridad del Estado. Frente a la adversidad, se calcula que dos millones de colombianos han abandonado el territorio nacional en los últimos cuatro años en busca de mejores destinos y de mayor seguridad. Por cierto, actualmente hay más colombianos en Israel, que judíos en Colombia. Se calcula que hay 15.000 colombianos en Israel.
En el caso de la comunidad judía, el secuestro y posterior asesinato en 1998 del joven Benjamín Khoudari, miembro de la comunidad sefardí de Cali, por parte de personas vinculadas al Ejército Nacional, asustó y precipitó la salida de buena parte de la judería. Nunca la comunidad contó con más de siete mil miembros, aun cuando en algunas enciclopedias y libros se hablaba de una cifra de diez mil judíos en Colombia. Para comprender la dimensión de la crisis que se vive actualmente es bueno tener en cuenta algunos indicadores institucionales que reflejan su dimensión. En una entrevista con Marcos Peckel, miembro de la junta directiva del Centro Israelita de Bogotá, sostenía que durante la década de los setenta el Colegio Colombo Hebreo de Bogotá contaba con 730 alumnos. En la década de los ochenta las cifras oscilaron entre 600 y 500 matriculados. En 1998 el Colegio contaba con 450 alumnos y al año siguiente del caso Khoudari sólo tuvo 350 estudiantes. A lo largo del año 2000, se retiraron 60 alumnos. Se calcula que el Centro Israelita de Bogotá, la institución más numerosa de la ciudad perdió un 25% de sus miembros, la Comunidad Hebrea Sefardí de Bogotá cerca de un 30% y la Asociación Israelita Montefiore, la comunidad más liberal y de origen alemán, un 15% de sus miembros. El Carmel Club Campestre pasó de 550 familias asociadas para solo contar con 265 socios.
Ahora bien, el 60% de los miembros que salieron del país emigraron a Miami; el 25% a Israel; el 10% a Costa Rica y el 5% a otros países. Por lo tanto, uno de los hechos más manifiestos de esta migración viene a ser que es la primera que se produce de familias enteras con hijos en edad escolar. Otro dato significativo surge con el último censo que se realizó entre la comunidad de Bogotá, que ya cuenta con menos de 3.000 miembros. La edad promedio que se estableció es 48 años, una edad muy elevada y, que según los expertos en demografía, vaticina una situación difícil para el año 2015, cuando se calcula que probablemente la comunidad se habrá acabado. A pesar del difícil panorama, muchos miembros de la comunidad judía intentan ser optimistas. Miran al pasado y sostienen que sus padres y abuelos pudieron mantener una vida comunitaria e instituciones judías con una población más pequeña que aquella con la cual se cuenta actualmente. Por lo tanto, guardan la esperanza de que la comunidad persista y pueda seguir adelante. Sin embargo, la incertidumbre que ciñe la realidad nacional aprieta en forma despiadada a las comunidades judías. Indiscutiblemente, la historia nos enseña, que si estas comunidades desaparecen del país en unos cuantos años podremos apreciar la pérdida lamentable para el desarrollo de Colombia.
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Pour citer cet article
Azriel Bibliowicz, « Intermitencia, ambivalencia y discrepancia: historia de la presencia judía en Colombia », Amérique Latine Histoire et Mémoire, Numéro 3-2001 - Migrations en Colombie , [En ligne], mis en ligne le 3 octobre 2005. URL : http://alhim.revues.org/document535.html. Consulté le 13 décembre 2007.
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Árabes marchan en Barranquilla contra"agresión brutal" al Líbano

Árabes marchan en Barranquilla contra"agresión brutal" de Israel al LíbanoCentenares de miembros de la comunidad árabe que vive en la costa norte de Colombia marcharon en Barranquilla en rechazo a la "agresión brutal" de Israel al Líbano y reclamaron que el Gobierno colombiano se pronuncie sobre este lamentable e indiscriminado episodio bélico.La comunidad colombiana de origen árabe reclamó en un comunicado el pronunciamiento oficial del Gobierno del presidente Álvaro Uribe "condenando los actos de barbarie cometidos por Israel, manifiestamente violatorios de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario y recientemente censurados por la Organización de las Naciones Unidas".Los manifestantes reclaman el fin de los bombardeos israelíes y el respeto por sus familiares que viven y padecen los ataques. La nota "condena de manera categórica la agresión brutal contra la sociedad civil del pueblo libanés, por parte del Ejército israelí".Alude a la "matanza indiscriminada de niños, mujeres indefensas y civiles en general, además de la destrucción masiva de la infraestructura del país como carreteras, puentes, sistemas de acueducto, estaciones de energía, casas, edificios y sedes de medios de comunicación, entre otros".Para esa comunidad, "la única solución posible es política y debe garantizar los derechos fundamentales de los pueblos libanés y palestino". Subraya que "debemos apelar a la justicia para alcanzar la paz duradera".La marcha en Barranquilla fue liderada por los consulados de Líbano y Siria, y en ella participaron la Asociación de Parlamentarios Colombo-Árabe, la Fundación Cultural Colombo Libanés, la Unión Colombo Árabe, la Cámara de Comercio Colombo Árabe, la Fundación Cultural Colombo-Palestina y el Colegio Colombo Arabe.Los manifestantes, tras recorrer en calma algunas calles, se concentraron en la Plaza de La Paz, en el centro de Barranquilla, capital del departamento de Atlántico. En esta urbe y otras ciudades y pueblos del litoral atlántico colombiano viven miles de ciudadanos de origen árabe.El pasado domingo en Bogotá cerca de mil libaneses y colombianos de origen libanés marcharon por varias calles con el objetivo de pedir el fin de los ataques israelíes al Líbano.
RCN

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