FOTO: ARCHIVO / El Telégrafo
Estudiante muerto. Obregón, 1956.
De origen catalán, el artista colombiano desarrolló su obra en el ámbito del Grupo de Barranquilla, en la década de 1950.
Alejandro Obregón, apodado por la crítica como el expositor del expresionismo romántico, fue un pintor colombo-español. Nacido en 1920 en la ciudad española de Barcelona, se trasladó con sus padres a los seis años a Barranquilla, Colombia. Rechazaba el academicismo; decía: “Yo no creo en las escuelas de pintura; creo en la buena pintura y nada más...“. Su experiencia como conductor de camión en las recién abiertas petroleras de la selva del Catatumbo, marcaría sus impresiones acerca de la naturaleza y su percepción como intérprete de ella. Decidido por dedicarse a la pintura comienza sus estudios en Boston; al volver a Barranquilla, aparece en el panorama de la plástica gracias a su participación en el V Salón de Artistas Colombianos en 1944. El cambio definitivo en la pintura de Alejandro Obregón comenzó en 1947, cuando incorporó a su pintura lo que se ha dado en llamar "expresionismo mágico", con recuerdos del cubismo. A partir de entonces se vincula con el llamado Grupo de Barranquilla, al que también pertenecían Alvaro Cepeda y García Márquez. Una de las particularidades de los miembros del Grupo reside en el hecho de que en todos ellos vibra la poesía. El lirismo subyacente en García Márquez y Cepeda es el mismo lirismo de Obregón; lo social de la temática de los dos narradores es también social en el pintor. Allí nació la magia definitiva de Obregón. Una vez que definió este concepto, el realismo que venía practicando adquirió unas tensiones nuevas que lo llevaron a rebasar las fronteras de Colombia para ser importante en toda América Latina. Ganado ahogándose en el Magdalena fue la obra que