Por Víctor Herrera Michel
Tanto o más importante que el decreto que erigió en villa a Barranquilla (premiando sus servicios a la causa republicana) fue el que Manuel Rodríguez Torices, entonces presidente del Estado de Bolívar, firmó ese mismo día —El 7 de Abril de 1813— para promover la inmigración extranjera en la ocupación productiva del territorio de Sabanilla con la finalidad de explotar su condición de puerto marítimo, lo que la abriría a las grandes posibilidades del comercio internacional.
Allí comenzó el desarrollo de Barranquilla como principal puerto y centro comercial del país. Empezaron a llegar en primer lugar los ingleses y los judíos sefardíes, de origen holandés, provenientes de Curazao, y luego los alemanes, franceses, norteamericanos italianos, árabes, etc.
Así la Barranquilla de entonces pudo ser testigo de los hitos imponderables de su “Siglo de oro”, desde la navegación a vapor por el río Magdalena del alemán Juan Bernardo Elbers en 1.827 hasta la inauguración de la emisora comercial HKD en 1.929 —y con ella el inicio de la radio en nuestro país— por iniciativa de Elías Pellet Buitrago, nieto del primer cónsul de EE.UU: Elías Portet Pellet (autor del primer periódico en inglés aquí: “The Shipping List”).
Hoy, como ayer, han comenzado a llegar a la ciudad empresarios del interior del país y del extranjero, motivados por la confianza que genera la nueva administración, para aprovechar las condiciones económicas y la posición geográfica de Barranquilla en momentos en que Colombia necesita abrirse al comercio mundial.
Para tomar un solo ejemplo, vemos como se desarrollan actualmente en la ciudad 7 proyectos hoteleros de gran envergadura. Tres empresas extranjeras, de reconocida trayectoria, construyen sendos proyectos: La cadena Meliá en el antiguo Hotel Royal, Sonesta al norte de la ciudad y otro de Howard Johnson. Además las cadenas nacionales Royal y Estelar edifican sus propios hoteles. A ello se suma la implementación de la nueva torre del Dann y la entrega en concesión pendiente del emblemático Hotel del Prado, amén de las ampliaciones que vienen haciendo otros hoteles de menor categoría. Todo ello complementado por la construcción del Centro de Ferias y Eventos del Caribe y la apertura de dos rutas directas (Ahora de la nacional Aires y más delante de la norteamericana Spirit) a La Florida, Estados Unidos, un año después de que American Airlines renunciara a la misma.
El buen momento por el que pasa la ciudad lo corrobora el Dane, que la ratifica como la de menor tasa de desempleo del país, y la exposición de los primeros buses articulados del sistema de transporte masivo, Transmetro. Así como en 1.871 —hace 140 años— la puesta en marcha del Ferrocarril entre Barranquilla, Salgar y Puerto Colombia catapultó el progreso de la ciudad, el Transmetro de hoy debe convertirse en el principio del ordenamiento urbano de una ciudad que aspira a ser nuevamente la primera en Colombia.
Tanto o más importante que el decreto que erigió en villa a Barranquilla (premiando sus servicios a la causa republicana) fue el que Manuel Rodríguez Torices, entonces presidente del Estado de Bolívar, firmó ese mismo día —El 7 de Abril de 1813— para promover la inmigración extranjera en la ocupación productiva del territorio de Sabanilla con la finalidad de explotar su condición de puerto marítimo, lo que la abriría a las grandes posibilidades del comercio internacional.
Allí comenzó el desarrollo de Barranquilla como principal puerto y centro comercial del país. Empezaron a llegar en primer lugar los ingleses y los judíos sefardíes, de origen holandés, provenientes de Curazao, y luego los alemanes, franceses, norteamericanos italianos, árabes, etc.
Así la Barranquilla de entonces pudo ser testigo de los hitos imponderables de su “Siglo de oro”, desde la navegación a vapor por el río Magdalena del alemán Juan Bernardo Elbers en 1.827 hasta la inauguración de la emisora comercial HKD en 1.929 —y con ella el inicio de la radio en nuestro país— por iniciativa de Elías Pellet Buitrago, nieto del primer cónsul de EE.UU: Elías Portet Pellet (autor del primer periódico en inglés aquí: “The Shipping List”).
Hoy, como ayer, han comenzado a llegar a la ciudad empresarios del interior del país y del extranjero, motivados por la confianza que genera la nueva administración, para aprovechar las condiciones económicas y la posición geográfica de Barranquilla en momentos en que Colombia necesita abrirse al comercio mundial.
Para tomar un solo ejemplo, vemos como se desarrollan actualmente en la ciudad 7 proyectos hoteleros de gran envergadura. Tres empresas extranjeras, de reconocida trayectoria, construyen sendos proyectos: La cadena Meliá en el antiguo Hotel Royal, Sonesta al norte de la ciudad y otro de Howard Johnson. Además las cadenas nacionales Royal y Estelar edifican sus propios hoteles. A ello se suma la implementación de la nueva torre del Dann y la entrega en concesión pendiente del emblemático Hotel del Prado, amén de las ampliaciones que vienen haciendo otros hoteles de menor categoría. Todo ello complementado por la construcción del Centro de Ferias y Eventos del Caribe y la apertura de dos rutas directas (Ahora de la nacional Aires y más delante de la norteamericana Spirit) a La Florida, Estados Unidos, un año después de que American Airlines renunciara a la misma.
El buen momento por el que pasa la ciudad lo corrobora el Dane, que la ratifica como la de menor tasa de desempleo del país, y la exposición de los primeros buses articulados del sistema de transporte masivo, Transmetro. Así como en 1.871 —hace 140 años— la puesta en marcha del Ferrocarril entre Barranquilla, Salgar y Puerto Colombia catapultó el progreso de la ciudad, el Transmetro de hoy debe convertirse en el principio del ordenamiento urbano de una ciudad que aspira a ser nuevamente la primera en Colombia.