Fue el venezolano que más y mejor le cantó a Barranquilla. Y para constatarlo, refresquemos la memoria con fragmentes de seis alegres y sentidas piezas que interpretó y que erizan la piel con solo tararearlas:
Las calles de mi vieja Barranquilla/ doradas por el sol y las arenas/ el caño saludando al Magdalena/ con flores de bonitas batatillas/ recuerdos son de un tiempo ya pasado/ Imágenes que yo nunca he olvidado/ Y se han quedado escritas con amor/ Aquí muy dentro de mi corazón.
(‘Mi vieja Barranquilla’)
A Barranquilla me voy/ me voy al amanecer/ Pa’ la Arenosa me iré/ quiero vivir ese sueño/ voy para Curramba, tierra de gracia y placer/ de mujeres bellas, ambiente y sabor costeño.
(Pa’ Barranquilla)
No hay tierra más linda, no hay tierra más noble (bis)/ de esta esta Costa hermosa, como La Arenosa (bis)/ Curramba la bella, Curramba la hermosa (bis)/ Soy barranquillero, y orgulloso compa…
(‘Barranquillero’)
Uno para todos, es la consigna general/ no más más injusticia, en esta tierra sinigual/ Luchemos por Barranquilla, Puerta de Oro de Colombia/ Somos uno para todos, salvemos a Barranquilla…
(‘Uno para todos’)
Barranquilla linda, yo siempre te canto/ te he sido sincero, todita mi vida/ todita mi vida…
(‘Barranquilla es Barranquilla’)
El pueblo barranquillero va a gozar, el Carnaval/ El pueblo barranquillero va a gozar, el Carnaval/ y se pone las abarcas, y se sale a parrandear/ al compás de guacharacas, y sonar de llamadores/ yo voy en carrito e mula/ a la Batalla de Flores/ las reinas van carrozas, entre cumbias y tambores/ Coro: Qué buena, qué buena, la fiesta currambera…
(Carnaval de mi Curramba’).
No hay discusión ninguna. Nelson Henríquez, con su repertorio –alimentado con compositores colombianos- se quedó entronizado en el corazón de Barranquilla. Y en ello fueron determinantes el magnífico combo de músicos que lo acompañó, su voz melodiosa y su estilo.
Esta ciudad lo vio salir triunfante, con el Congo de Oro, en dos ocasiones en el Festival Orquestas, el lunes de Carnaval. En 1973, con el tema ‘Festival vallenato’, y en 1975, con ‘Barranquillero’, en una actuación memorable en la que los asistentes al coliseo cubierto Humberto Perea lo saludaron con pañuelos blancos.
Año tras año, para la época de Carnaval, la presencia de Nelson Henríquez era obligada en Barranquilla. Y antes de que Juan Piña y Joe Arroyo se convirtieran en las máximas estrellas del Festival de Orquestas, él había logrado conquistar el afecto de la gente que acudía al entonces escenario natural en el que se entregaba el Congo de Oro.
Contrario a la gran mayoría de cantantes de la actualidad, nacionales o internacionales, Nelson Henríquez no imploraba histeria o aplausos. Sencillamente, el público lo ovacionaba. Él fue un señor cantante.
Nelson Antonio Osorio Henríquez, como era su nombre de pila, nació el 27 de enero de 1944 en Maracaibo, estado de Zulia (Venezuela). “La única diferencia entre Barranquilla y Maracaibo es que el calor de allá es más fuerte que él de acá. En mi tierra, los retratos sudan”, me dijo Nelson en febrero de 2012, al final del diálogo que sostuvo con Ernesto McCausland, en una de las sesiones de la sexta edición del Carnaval Internacional de las Artes, en. el teatro Amira de la Rosa.
Por esas paradojas de la vida, Nelson Henríquez falleció este lunes de Carnaval de 2014, día en que se realiza el Festival de Orquestas, evento musical donde él más brilló. Tenía 70 años recién cumplidos.
Antes de fundar su propio Combo –por el que pasaron figuras de la dimensión de Pastor López, Emir Boscan, Onorio Palencia y Chico Salas- Nelson Henríquez fue cantante de la Orquesta La Playa y del Super Combo Los Tropicales. Incluso, había sonado para grabar boleros con la Billos Caracas Boy’s, pero al final ese proyecto no se dio.
Espero que Carnaval S.A. le haga el año próximo un homenaje en su espacio Carnaval su Música y sus Raíces. Sería merecido como oportuno.
POR: FAUSTO PÉREZ VILLARREAL