Cien años atrás del nacimiento de EL HERALDO

Bolívar entre carreras 40 y 41, otrora La Paz y Progreso, existió hace 78 años la primera sede del diario que fundaron tres atlanticenses visionarios, el periódico que más tarde se convirtió en líder en la Costa.

Actualmente, de aquella edificación no queda ni rastro de lo que entonces fue. La venta de ropa, zapatos, bolsos en modernas construcciones y negocios informales de libros piratas reemplazaron la arquitectura que allí se erigió en décadas pasadas.

El historiador y arquitecto Ignacio Consuegra Bolívar, acudiendo a su virtuosa memoria alimentada de relatos y de material bibliográfico, asegura que aquella casa era una de las pocas edificaciones del sector de arquitectura neocolonial, debido a que “en Barranquilla no hubo etapa colonial profunda”.

“Según lo que he conversado con Juan B. Fernández Renowitzky, EL HERALDO nació en el sector que se conocía como el Callejón España, lo que hoy es el Paseo Bolívar entre carreras 41 y 40. Era una calle con pocas edificaciones, pero de mucha importancia para la historia, principalmente porque una de las casas vecinas era la de Don Bartolomé Molinares, donde se hospedó el Libertador Simón Bolívar en sus dos estadías en Barranquilla, que fueron en 1820 y 1830 (cien años atrás del nacimiento de EL HERALDO). Esa casa estaba situada en una esquina que se conoce como la del Cañón Verde, la más representativa de la ciudad y por ello la gente relacionaba a EL HERALDO con la esquina del Cañón Verde”, explica Consuegra.

Tras su puesta en marcha, EL HERALDO en poco tiempo se constituyó como un punto de referencia de los intelectuales en el centro de la ciudad, junto con el Café Roma y la Sodería La Estrella. “Hay que resaltar que aquella sede fue un centro de intelectuales, porque EL HERALDO fue el órgano que acogió a los grandes escritores y periodistas que empezaban a sobresalir en la década del 40 como Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio, Alfonso Fuenmayor, entre otros. Gracias a eso la casa del centro se convirtió en un referente desde el punto de vista cultural de la ciudad. En la década del 30, Barranquilla solo llegaba hasta Murillo y parte del barrio El Prado, y todo se desarrollaba en el centro”, afirma el arquitecto restaurador.

Cinco años después, en 1938, las instalaciones del periódico se trasladaron a una edificación de dos pisos a un costado de la Iglesia San Nicolás, en la acera noroccidental de la Plaza, la Calle Real (la 33), diagonal a la casa de Don Clemente Salazar Mesura, uno de los hombres que concibieron el departamento del Atlántico, donde también se reunían los intelectuales de la época. “Esa casa en el Callejón España le quedó pequeña a EL HERALDO. Si bien el periódico nació con austeridad, rápidamente tuvo la necesidad de crecer”.

Decreto de exaltación

Con el fin de exaltar la labor periodística de esta casa editorial, el Alcalde Distrital, mediante el Decreto 0940 de 2011, considera que “EL HERALDO es el periódico de mayor tradición en la Costa, con 78 años de ejercicio ininterrumpido. Que desde sus inicios, aquel 28 de octubre de 1933, se ha caracterizado por su objetividad, imparcialidad y veracidad en el tratamiento noticioso.

Que ha sido una válida tribuna de opinión, crítica y defensa de los valores costeños (...) Que por su redacción han pasado grandes escritores y periodistas que han dejado su huella en el ejercicio periodístico. Que con el pasar de los años se ha ajustado a los cambios tecnológicos asumiendo más retos” (...)

Por Liz Held Casalins

También son recuerdos de mi infancia

De mi infancia tengo aún grabada en la memoria aquella cuña radial que cantaba: “El Reporter Esso, el primero con las últimas”. Inolvidable la de Fabricato, “la tela de los hilos perfectos”. De Barranquilla no olvido el eslogan ingenioso de Almacenes Lasting, “allá donde está el aviso al revés”, ese otro de Ropa El Roble, “dura el doble” y “Tarde o temprano, su radio será un Phillips…”, al que un almacén local añadió con acierto: “…y Murcia se lo vende en la calle de Jesús”.

Con el abuelo recordamos una frase buenísima de cigarrillos Pielroja, “su fama vuela de boca en boca” y otra que resultó inmejorable: “mejor mejora Mejoral”.

La imaginación de Álvaro Cepeda Samudio brilló también al promover las cervezas de su amigo, Julio Mario Santo Domingo, desde mediados de los cincuenta. “Sírvame un Águila, pero volando” y “Costeña o Costeñita, tan buena la grande, como la chiquita” son eslóganes que se le reconocen. Otro del Nene es, sin duda: “El Carnaval se hace con Águila”, pero la Historia demuestra que “Sin igual y siempre igual” –si bien pudiera ser de Álvaro, por su desbordada creatividad– pertenece en cambio a la imaginación de Don Mario Santo Domingo, el padre de Julio Mario, desde los años treinta.

 Escriba usted “Sin igual y siempre igual” en Google y leerá que en los años veinte “Don Mario era ya muy popular en Barranquilla como comerciante de éxito (…). Dos días más tarde de la creación de Cervecerías Barranquilla y Bolívar, Federico Arocha, liquidador de la Cervecería Bolívar, le vendió a Mario Santo Domingo el edificio y el lote de la empresa que había sido fundada el 10 de julio de 1905 (…). La transacción se realizó por $150.000. La primera decisión que se tomó fue seguir produciendo solamente Águila. Don Mario Santo Domingo personalmente se dedicó varios días con sus noches hasta que creó el original eslogan que aún hoy acompaña a la cerveza: “Sin igual y siempre igual”.

En su blog de Correveidile, el historiador José Nieto Ibáñez publica una página de la sección Sociales de EL HERALDO de 1947, que dice: “Orbe Publicidad, la firma encargada de la publicidad de la cerveza Águila retoma el eslogan de “Sin Igual y Siempre Igual”, que había caído en desuso; con motivo de la participación del equipo Águila en el segundo campeonato de béisbol profesional colombiano. Orbe Publicidad había sido fundada por el padre de Nieto Ibáñez, Don Julio Nieto García, en 1945. La familia Nieto atestiguó en su momento que el eslogan “Sin igual y siempre igual” de Águila había aparecido ya en la revista Mejoras de 1938.

En el Informador Águila, revista de la cervecería, dirigida por Álvaro Mantilla Olivares, en la edición de abril de 1988 y en el especial del 9 de abril de ese mismo año en Diario del Caribe escribe nadie menos que Alfonso Fuenmayor, uno de los cuatro discutidores que conformaron el núcleo central del Grupo de Barranquilla. Alfonso dice en el subtítulo que conmemora los 75 años de Cervecería Águila S.A: “Principal preocupación fue poner en el mercado un producto de primera calidad.

Don Mario Santo Domingo creó el lema ya clásico: “sin igual y siempre igual”. Y en el texto del artículo reitera: “Los diversos factores que deben concurrir para hacer de una cerveza una buena cerveza se hicieron presentes y no en forma transitoria sino permanente en la Cerveza Águila. Entonces, concebido por don Mario Santo Domingo, se adoptó el lema ya clásico: “Sin igual y siempre igual”.

Al César lo que es del César.

Por Heriberto Fiorillo

Tertulia sobre el Caribe

La Tertulia fue presidida por el editor general, Ernesto McCausland; Adolfo Pacheco, Adolfo Meisel, Isabel Cristina Ramírez, Simón Martínez, Raúl Porto y Weidler Guerra.

Durante la celebración del Día de la Región Caribe y posterior al encuentro de alcaldes y gobernadores de la Costa Caribe en el teatro Adolfo Mejía de Cartagena, se desarrolló también la Tertulia de EL HERALDO con un selecto grupo de participantes especializados en diversos campos de la investigación, la historia, la música, la filosofía, el deporte y las artes.

‘Por el Caribe empezó todo’ fue el nombre de esta amena Tertulia moderada por Ernesto McCausland, editor general de EL HERALDO, y en la que participaron Adolfo Pacheco, Adolfo Meisel, Isabel Cristina Ramírez, Simón Martínez, Raúl Porto Cabrales y Weidler Guerra.

La Tertulia recordó la importancia de la fecha celebrada ayer, la cual conmemora los hechos del 10 de octubre de 1821, cuando se produjo la salida definitiva de las tropas españolas asentadas hasta entonces en Cartagena.

Isabel Cristina Ramírez Botero, arquitecta de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en Docencia Universitaria y Magíster en Historia del Arte de la Universidad de Siena, Italia, recordó la importancia de la Región Caribe en el desarrollo de las artes plásticas del país y el aporte que a lo largo de la historia ha hecho por el arte, en especial con personajes e instituciones de un aporte invaluable como Alejandro Obregón, Cecilia Porras, y Leo Matiz, entre otros, quienes se movieron entre Bogotá y sus ciudades de origen desde la década de los 50.

“Hay que recordar que es aquí en el Caribe donde nace, con una de las colecciones más privilegiadas, el primer Museo de Arte Moderno. Pero muchos de todos los aportes del Caribe no se saben porque existen muchos vacíos historiográficos que debemos ir llenando”, comentó Ramírez Botero, quien actualmente cursa el doctorado en Historia del Arte Colombiano y Latinoamericano en la Universidad Nacional.

El músico y compositor, Adolfo Pacheco por su parte, destacó como la Región Caribe logró nacionalizar su cultura musical gracias a un desarrollo de este arte que fue alimentado por una diversidad de costumbres y conocimientos de lo indio, lo blanco y lo negro.

“El Caribe colombiano no es solo la zona costera, hay que mirarlo hacia adentro y encontraremos una comunión de artes y músicas que se dieron y que se fueron extendiendo gracias a esa riqueza multirracial de fusiones de razas y culturas”, comentó Pacheco.

Pacheco explicó que antes del vallenato o música de acordeón, fue la cumbia la que se metió en las venas de todos los colombianos gracias a que fue llevada a las orquestas por costeños ilustres como Pacho Galán y Lucho Bermúdez. “La Región Caribe colonizó al país con su música”, aseguró.

El periodista e historiador Raúl Porto Cabrales, hizo un recuento del desarrollo deportivo de la Región Caribe y en detalle explicó cómo entraron a los puertos de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, deportes que se desarrollaron en la región y que hoy en día siguen siendo los que más glorias deportivas al país, como lo es el béisbol y el boxeo.

Al final de la tertulia se presentó una musicalización de los poemas de Candelario Obeso y Jorge Artel. Esta actividad llevó por nombre ‘Si yo fuera tambó’ y fue dirigida por Rafael Ramos e interpretada por su grupo, Tambores de Cabildo. Participaron los niños tamboreros de Cartagena que estuvieron en la clausura del Mundial de Fútbol Sub-20 en Bogotá.

Tatiana Mizuno( Clic)

Recursos relacionados

• Primera mujer que conduce bus de Transmetro
• Fotos de operadora de Transmetro

Cada día por la carretera, noche y madrugada entera...

(Roberto Carlos)

Tatiana Mizuno es una mujer de maneras delicadas y algo tímida. Con sus uno sesenta de estatura y su cuerpo menudo, a sus 36 años de edad se convirtió ayer en la primera mujer operaria del sistema masivo de transporte Transmetro.

Contrario a lo que el común de las personas podría pensar, no necesariamente se necesita de fortaleza física y un cuerpo robusto para ponerse frente al volante de estos buses,tal como lo demuestra Mizuno, que a grandes rasgos se aleja del estereotipo arraigado en el imaginario popular.

Tatiana es una mujer comprometida con su oficio y asegura que tanto entre los usuarios como sus compañeros de labores despierta respeto y ha recibido hasta el momento el mejor de los tratos.

Ella misma asegura que desde el arranque del Sistema en Barranquilla, se hizo el propósito de convertirse en uno de sus operarios y hoy, luego de vincularse a Metrocaribe y de trasegar por un largo proceso que duró 6 meses exactos, asistiendo a cursos, capacitaciones en seguridad vial, operación y conocimiento de los vehículos del Sistema, normatividad, mecánica básica, informática, relaciones humanas y atención al cliente, alcanzó a graduarse como Técnico Operador de Transporte Terrestre por Competencias Laborales con énfasis en Transporte Masivo. Así de largo como suena el título obtenido, fueron sus prevenciones y el temor que sentía al inicio de esta meta, por los obvios prejuicios.

Este es otro de los logros en cuanto a inclusión y equidad laboral, síntoma de una nueva mentalidad global que cada día reconoce más a la mujer y su competitividad dentro de la sociedad.

En Bogotá, 68 mujeres son conductoras en el sistema Transmilenio, 58 conducen buses articulados y el resto se ocupan de rutas alimentadoras, esto nos arroja un claro mensaje de cómo la mujer se ha venido involucrando en el mercado de la competitividad laboral, por encima de todos los tabúes.

Mizuno aprendió a conducir en un Renault 12 propiedad de su exmarido y en ese mismo instante que probó el vértigo que le produjo estar al frente del volante, sintió algo especial y es por eso que a pesar de sus estudios de secretariado, de inglés, el llamado de las carreteras siempre ha sido más fuerte, es algo que ella asegura que disfruta, que le produce placer.

“Esto es lo mío, no me veo haciendo otra cosa. Ahora quisiera comenzar con un articulado, es algo que me he propuesto como meta”.

Tatiana vive en el barrio Boston, es separada y comparte la casa con su madre y sus tres hijos; Luis Alejandro de 18 años, Gabriela de 14 y Ángel de 7. Como cabeza de hogar se ha convertido para sus hijos en padre y madre y justamente a la hora de estar frente al volante piensa en ellos, y conduce con ese mismo cuidado como si transportara a sus tesoros como ella los llama.

Ella viene de una familia aguerrida, su abuelo un japonés que al terminar la segunda guerra mundial se vino en busca de las aguas termales de Usiacurí, tal como lo hizo el poeta Julio Flórez, terminó enamorado de una lugareña y gracias a esa extraña voltereta del destino, hoy, transita por las calles de Barranquilla tras el volante de un alimentador de Transmetro gozando del placer que le produce ir rodando en la carretera, como una película en constante movimiento, percibiendo los paisajes que le regala el asfalto y sus historias incógnitas.

¿Cómo se siente al ser la primera mujer en convertirse en operadora de un bus de Transmetro?, a lo que responde con orgullo que todo es producto de su esfuerzo, de su preparación y de su sacrificio. 

Al dar este importante paso, no olvida que hoy, es sinónimo de ejemplo, de esperanza, para las demás mujeres que quieran seguir este camino.

Pero yo voy con cuidado, no me arriesgo en marcha suelta.

Por Carlos Polo

carlos.polo@elheraldo.com.co