La primera iniciativa protestante en nuestro país la encontramos con la presencia de la Sociedad Bíblica, de origen británico. En 1825 llega a Colombia Diego Thompson, bautista escocés, para colaborar con la obra educativa propuesta por Santander, quien conoció el método de alfabetización lancasteriano en Inglaterra. Este proyecto fue muy importante pero se dispersó una vez que Diego Thompson regresó a su país en 1827.
Con la instauración del Olimpo Liberal a finales del siglo XIX y la expulsión de los jesuitas y de algunos obispos y sectores del clero por parte de los liberales radicales, llegan al país misioneros protestantes para contrarestar la influencia de la Iglesia católica en la sociedad colombiana: "... Las minorías protestantes se vieron objetivamente aliadas con sectores liberales radicales quienes fueron los que durante el siglo XIX lucharon por reformas más de fondo respecto al papel de la Iglesia católica en la sociedad", señala Paolo Moreno historiador de las sociedades Bíblicas en Colombia, quien también anota que desde 1869 hasta 1928 el campo educativo va a ser uno de los esenarios prioritarios de la acción de grupos misioneros, a través de la educación en escuelas y colegios. La Iglesia presbiteriana fue una de las de mayor presencia e influencia en estos contextos. A través de los Colegios Americanos creados en Barranquilla, Bogotá, Cali y otras ciudades y posteriormente con su Seminario, lograron cimentar las bases de una cultura "protestante" en sectores de clases medias y altas. Actualmente y en contextos más derivados de la Constitución del 91 (libertad de cultos, pluralidad cultural, etc), esta iglesia incursiona en un proyecto universitario en Barranquilla, espacio en el que se forman nuevos liderazgos protestantes y seculares de la region.
En 1930, bajo la presidencia liberal de Alfonso López Pumarejo, se introducen nuevas reformas constitucionales, una de ellas la libertad de cultos. Este será un factor que, unido a la crisis social que se experimentaba, propiciará el ingreso de nuevas iglesias tanto históricas como pentecostales. (Las iglesias Históricas son aquellas nacidas de la Reforma Protestante de Lutero: luterana, anglicana, presbiteriana, menonita, bautista, otras. Las iglesias pentecostales surgieron en el siglo XIX, producto de avivamientos espirituales al interior de las iglesias históricas). En Colombia, las iglesias pentecostales de mayor crecimiento son las Asambleas de Dios, la Iglesia Cuadrangular y la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia. Teológicamente el énfasis es la conversión, la recepción del Espíritu Santo y sus dones, el hablar en lenguas, la sanación, la expulsión de demonios, etc., que enfatizan, en contextos de crisis de las clases medias, medias altas, la llamada "Teología de la Prosperidad": Dios bendice a hombres y mujeres que se convierten al Señor, con frutos materiales, prosperidad económica, bendición familiar, etc. Enfatizan igualmente en la expulsión de demonios, la sanación, la importancia del diezmo. Las iglesias neopentecostales de mayor crecimiento son Casa sobre la roca, fundada y liderada por Dario Silva, la Mision Carismática Internacional, liderada por Claudia y César Castellanos y el Centro Misionero Betesda, liderado por el pastor Enrique Gómez. Producto de las transformaciones sociales, de la violencia de mediados del siglo y de la incapacidad de la iglesia católica de responder a las demandas de sus fieles, muchas de estas iglesias se expanden por todo el territorio nacional. Según las estadísticas, en 1930 la comunidad protestante era de unas 9.000 personas. En 1960 ya alcanzaba una cifra superior a los 60.000 miembros. Entre 1970 y 1990 otros factores de orden nacional --urbanización, desarrollo de los medios de comunicación, nuevos roles de las mujeres, apertura educacional, apertura económica, etc--,y en el internacional --neoliberalismo, globalización, crisis económica, conflicto armado, etc--. Favorecieron el crecimiento no solamente de iglesias históricas y pentecostales, sino también de las llamadas neopentecostales. En 1994 habrá una membresía aproximada de millón y medio de fieles y en la actualidad las iglesias evangélicas superan los tres millones de miembros.
IMPACTO INSTITUCIONAL
La organización que articula a nivel local, regional y nacional a más de 80 denominaciones protestantes y evangélicas en Colombia es la Conferencia Evangélica de Colombia, Cedecal. Esta institución surgió en 1949, durante la época de la violencia, en contextos de persecusión a la comunidad protestante. En 1994 Cedecol creó a Comisión de Derechos Humanos y en unión la Conferencia Episcopal católica, ha definido múltiples espacios ecuménicos de defensa de los derechos humanos, de apoyo a víctimas de la violencia y a través de las múltiples organizaciones de desarrollo social de estas iglesias se han estructurado proyectos económicos hará mejorar la calidad de vida de sectores populares, desplazados, jóvenes, niños, adultos mayores, etc.
En esfuerzos en el campo de ministerios sociales y en liderazgo por la paz y transformación social, sobresale la Iglesia Menonita de Colombia, que por sus opciones a favor de la no violencia, a través de Justapaz, organización creada a mediados de 1985, ha desarrollado múltiples actividades educativas para generar culturas de diálogo, de tolerancia y de negociación de conflictos, etc. A través de Mencoldes, la Iglesia Menonita trabaja también en el campo social proporcionando formación y apoyos económicos a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Es importante reseñar también el trabajo misionero al interior de las universidades. La Union Cristiana Universitaria, UCU, acompaña a jóvenes estudiantes en una perspectiva, no de formar iglesias, sino liderazgos que incidan en la afirmación de valores y en los procesos de actualización de iglesias e instituciones evangélicas.
A nivel de educación, sobresalen algunos seminarios y universidades de diferentes iglesias: el seminario presbiteriano de Bogotá, el seminario internacional bautista de Cali, el seminario de la Iglesia Menonita en Bogotá, el Seminario Bíblico de Medellín, el seminario anglicano de Bogotá, así como la Universidad Adventista en Medellín, la Universidad Bautista y la Universidad de la Iglesia Presbiteriana, en Barranquilla.
Alrededor de estas iglesias existen muchos movimientos y organizaciones religiosas catalogadas como "sectas", sea por sus énfasis doctrinales o por su escasa organización social (Las Iglesias que no son trinitarias --afirmación teológica en el Padre, Hijo y Espíritu Santo--, son llamadas sectas; entre ellas están los Adventistas, la Iglesia Pentacostal Unida de Colombia, la Oración Fuerte al Espíritu Santo y otras). Muchas de ellas son llamadas "iglesias de garaje", por sus orígenes en estos espacios. Son tal vez las expresiones religiosas más desarrolladas en los últimos diez años, especialmente en los sectores populares urbanos.
A manera de conclusión, es importante tener en cuenta que nuestra sociedad se ha transformado significativamente en los últimos cuarenta años y que estos fenómenos de pluralidad religiosa expresan, de alguna forma, la heterogeneidad cultural, económica, política, religiosa e ideológica de amplios sectores de la población colombiana. En contextos de intolerancia, han sido asesinados desde 1990 a la fecha más de 45 personas, pastores y miembros de estas iglesias, hechos que reflejan cómo desde los imaginarios del enemigo y desde las relaciones entre religión y política, nuestra sociedad ha reproducido y socializado generacionalmente, desde diferentes actores, múltiples formas de violencias. Pensar en procesos de paz implica también pensar en trabajos culturales y religiosos, investigaciones y procesos de resifnificación social, igualmente de largo alcance.
Con la instauración del Olimpo Liberal a finales del siglo XIX y la expulsión de los jesuitas y de algunos obispos y sectores del clero por parte de los liberales radicales, llegan al país misioneros protestantes para contrarestar la influencia de la Iglesia católica en la sociedad colombiana: "... Las minorías protestantes se vieron objetivamente aliadas con sectores liberales radicales quienes fueron los que durante el siglo XIX lucharon por reformas más de fondo respecto al papel de la Iglesia católica en la sociedad", señala Paolo Moreno historiador de las sociedades Bíblicas en Colombia, quien también anota que desde 1869 hasta 1928 el campo educativo va a ser uno de los esenarios prioritarios de la acción de grupos misioneros, a través de la educación en escuelas y colegios. La Iglesia presbiteriana fue una de las de mayor presencia e influencia en estos contextos. A través de los Colegios Americanos creados en Barranquilla, Bogotá, Cali y otras ciudades y posteriormente con su Seminario, lograron cimentar las bases de una cultura "protestante" en sectores de clases medias y altas. Actualmente y en contextos más derivados de la Constitución del 91 (libertad de cultos, pluralidad cultural, etc), esta iglesia incursiona en un proyecto universitario en Barranquilla, espacio en el que se forman nuevos liderazgos protestantes y seculares de la region.
En 1930, bajo la presidencia liberal de Alfonso López Pumarejo, se introducen nuevas reformas constitucionales, una de ellas la libertad de cultos. Este será un factor que, unido a la crisis social que se experimentaba, propiciará el ingreso de nuevas iglesias tanto históricas como pentecostales. (Las iglesias Históricas son aquellas nacidas de la Reforma Protestante de Lutero: luterana, anglicana, presbiteriana, menonita, bautista, otras. Las iglesias pentecostales surgieron en el siglo XIX, producto de avivamientos espirituales al interior de las iglesias históricas). En Colombia, las iglesias pentecostales de mayor crecimiento son las Asambleas de Dios, la Iglesia Cuadrangular y la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia. Teológicamente el énfasis es la conversión, la recepción del Espíritu Santo y sus dones, el hablar en lenguas, la sanación, la expulsión de demonios, etc., que enfatizan, en contextos de crisis de las clases medias, medias altas, la llamada "Teología de la Prosperidad": Dios bendice a hombres y mujeres que se convierten al Señor, con frutos materiales, prosperidad económica, bendición familiar, etc. Enfatizan igualmente en la expulsión de demonios, la sanación, la importancia del diezmo. Las iglesias neopentecostales de mayor crecimiento son Casa sobre la roca, fundada y liderada por Dario Silva, la Mision Carismática Internacional, liderada por Claudia y César Castellanos y el Centro Misionero Betesda, liderado por el pastor Enrique Gómez. Producto de las transformaciones sociales, de la violencia de mediados del siglo y de la incapacidad de la iglesia católica de responder a las demandas de sus fieles, muchas de estas iglesias se expanden por todo el territorio nacional. Según las estadísticas, en 1930 la comunidad protestante era de unas 9.000 personas. En 1960 ya alcanzaba una cifra superior a los 60.000 miembros. Entre 1970 y 1990 otros factores de orden nacional --urbanización, desarrollo de los medios de comunicación, nuevos roles de las mujeres, apertura educacional, apertura económica, etc--,y en el internacional --neoliberalismo, globalización, crisis económica, conflicto armado, etc--. Favorecieron el crecimiento no solamente de iglesias históricas y pentecostales, sino también de las llamadas neopentecostales. En 1994 habrá una membresía aproximada de millón y medio de fieles y en la actualidad las iglesias evangélicas superan los tres millones de miembros.
IMPACTO INSTITUCIONAL
La organización que articula a nivel local, regional y nacional a más de 80 denominaciones protestantes y evangélicas en Colombia es la Conferencia Evangélica de Colombia, Cedecal. Esta institución surgió en 1949, durante la época de la violencia, en contextos de persecusión a la comunidad protestante. En 1994 Cedecol creó a Comisión de Derechos Humanos y en unión la Conferencia Episcopal católica, ha definido múltiples espacios ecuménicos de defensa de los derechos humanos, de apoyo a víctimas de la violencia y a través de las múltiples organizaciones de desarrollo social de estas iglesias se han estructurado proyectos económicos hará mejorar la calidad de vida de sectores populares, desplazados, jóvenes, niños, adultos mayores, etc.
En esfuerzos en el campo de ministerios sociales y en liderazgo por la paz y transformación social, sobresale la Iglesia Menonita de Colombia, que por sus opciones a favor de la no violencia, a través de Justapaz, organización creada a mediados de 1985, ha desarrollado múltiples actividades educativas para generar culturas de diálogo, de tolerancia y de negociación de conflictos, etc. A través de Mencoldes, la Iglesia Menonita trabaja también en el campo social proporcionando formación y apoyos económicos a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Es importante reseñar también el trabajo misionero al interior de las universidades. La Union Cristiana Universitaria, UCU, acompaña a jóvenes estudiantes en una perspectiva, no de formar iglesias, sino liderazgos que incidan en la afirmación de valores y en los procesos de actualización de iglesias e instituciones evangélicas.
A nivel de educación, sobresalen algunos seminarios y universidades de diferentes iglesias: el seminario presbiteriano de Bogotá, el seminario internacional bautista de Cali, el seminario de la Iglesia Menonita en Bogotá, el Seminario Bíblico de Medellín, el seminario anglicano de Bogotá, así como la Universidad Adventista en Medellín, la Universidad Bautista y la Universidad de la Iglesia Presbiteriana, en Barranquilla.
Alrededor de estas iglesias existen muchos movimientos y organizaciones religiosas catalogadas como "sectas", sea por sus énfasis doctrinales o por su escasa organización social (Las Iglesias que no son trinitarias --afirmación teológica en el Padre, Hijo y Espíritu Santo--, son llamadas sectas; entre ellas están los Adventistas, la Iglesia Pentacostal Unida de Colombia, la Oración Fuerte al Espíritu Santo y otras). Muchas de ellas son llamadas "iglesias de garaje", por sus orígenes en estos espacios. Son tal vez las expresiones religiosas más desarrolladas en los últimos diez años, especialmente en los sectores populares urbanos.
A manera de conclusión, es importante tener en cuenta que nuestra sociedad se ha transformado significativamente en los últimos cuarenta años y que estos fenómenos de pluralidad religiosa expresan, de alguna forma, la heterogeneidad cultural, económica, política, religiosa e ideológica de amplios sectores de la población colombiana. En contextos de intolerancia, han sido asesinados desde 1990 a la fecha más de 45 personas, pastores y miembros de estas iglesias, hechos que reflejan cómo desde los imaginarios del enemigo y desde las relaciones entre religión y política, nuestra sociedad ha reproducido y socializado generacionalmente, desde diferentes actores, múltiples formas de violencias. Pensar en procesos de paz implica también pensar en trabajos culturales y religiosos, investigaciones y procesos de resifnificación social, igualmente de largo alcance.
Tomado de: Revista Credencial Historia. | ||
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