Don Koper Kovalski salio de su tierra natal rumbo a Buenos Aires, donde habían recalado un buen numero de rusos blancos y por tanto, el trago amargo del inmigrante que arriba sin saber el idioma y recursos económicos en cero era menos cruel trasegar y por supuesto, minimizaba el desagrado de tomarlo obligadamente.
En la capital argentina con un pariente y varios paisanos durante dos largos años. No obstante haber obtenido trabajo, estarlo ejecutando y levantar un capital aceptable, su horizonte se veía ensombrecido por la economía argentina que empezaba a deteriorarse y no era la mejor en ese momento. Entonces pensó en viajar hacia el norte, Colombia, donde sentaba sus reales un peso de mayor ”dureza” que el dólar, lo que podría permitirle evolucionar el capital acumulado en Argentina y ayudar a los tramites de migración de sus allegados mas próximos en la lejana “Rusia Blanca”, donde las gentes estaban pasando penurias sin cuento.
Además, allá en Bielorrusia residía su novia Jaya Spitalany, hija de Abraham y Miriam Spitalany, una joven polaca-lituana nacida en 1904 en la población de Trestene, esperando no solo el mejor momento de Koper Kovalski, en el aspecto económico, para obtener los recursos indispensables en el afán de adquirir el pasaje en barco y reunirse con el en América, sino determinar en que sitio o nación del continente iba a quedarse definitivamente.
Con esa meta, llego a Barranquilla, y dedico sus mejores esfuerzos al negocio de mueblería y espejos, estos últimos, hermosas lunas importadas de Bélgica que adornaron durante años los tocadores de coquetas señoritas colombianas y en general, las residencias de colombianos y barranquilleros de buen gusto.
En 1928, Koper Kovalski y Jaya Spitalany se casaron, el mismo día en que ella bajo del barco de bandera italiana que la condujo de Europa al muelle de Puerto Colombia. Como dato anecdótico puede señalarse que ese día, a duras penas, se llego al “miniam” indispensable diez personas y todos del sexo masculino para efectuar la ceremonia, que fue de las primeras que se celebraron en la ciudad entre miembros del conglomerado judío perteneciente a la primera generación de inmigrantes judíos de Europa Central y del este.
La primera fabrica de muebles metálicos en Barranquilla es muy posible que fuese la montada por Don Carlos Arturo Visual, quien tenia al señor Foschini de administrador de la misma. Eran los dueños de la plaza en el negocio durante muchos años hasta que llego procedente de la Habana-Cuba la familia Garaiburu, de origen italiano, propietarios de una fabrica de muebles en la isla, la que por razones de salud no podían continuar atendiendo.
Dichos señores le propusieron a Don Koper les comprase la fabrica, cosa que no acepto porque lo real, no conocía el negocio y declino meterse en semejante empresa.
En la capital argentina con un pariente y varios paisanos durante dos largos años. No obstante haber obtenido trabajo, estarlo ejecutando y levantar un capital aceptable, su horizonte se veía ensombrecido por la economía argentina que empezaba a deteriorarse y no era la mejor en ese momento. Entonces pensó en viajar hacia el norte, Colombia, donde sentaba sus reales un peso de mayor ”dureza” que el dólar, lo que podría permitirle evolucionar el capital acumulado en Argentina y ayudar a los tramites de migración de sus allegados mas próximos en la lejana “Rusia Blanca”, donde las gentes estaban pasando penurias sin cuento.
Además, allá en Bielorrusia residía su novia Jaya Spitalany, hija de Abraham y Miriam Spitalany, una joven polaca-lituana nacida en 1904 en la población de Trestene, esperando no solo el mejor momento de Koper Kovalski, en el aspecto económico, para obtener los recursos indispensables en el afán de adquirir el pasaje en barco y reunirse con el en América, sino determinar en que sitio o nación del continente iba a quedarse definitivamente.
Con esa meta, llego a Barranquilla, y dedico sus mejores esfuerzos al negocio de mueblería y espejos, estos últimos, hermosas lunas importadas de Bélgica que adornaron durante años los tocadores de coquetas señoritas colombianas y en general, las residencias de colombianos y barranquilleros de buen gusto.
En 1928, Koper Kovalski y Jaya Spitalany se casaron, el mismo día en que ella bajo del barco de bandera italiana que la condujo de Europa al muelle de Puerto Colombia. Como dato anecdótico puede señalarse que ese día, a duras penas, se llego al “miniam” indispensable diez personas y todos del sexo masculino para efectuar la ceremonia, que fue de las primeras que se celebraron en la ciudad entre miembros del conglomerado judío perteneciente a la primera generación de inmigrantes judíos de Europa Central y del este.
La primera fabrica de muebles metálicos en Barranquilla es muy posible que fuese la montada por Don Carlos Arturo Visual, quien tenia al señor Foschini de administrador de la misma. Eran los dueños de la plaza en el negocio durante muchos años hasta que llego procedente de la Habana-Cuba la familia Garaiburu, de origen italiano, propietarios de una fabrica de muebles en la isla, la que por razones de salud no podían continuar atendiendo.
Dichos señores le propusieron a Don Koper les comprase la fabrica, cosa que no acepto porque lo real, no conocía el negocio y declino meterse en semejante empresa.
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