http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Judaism/syncolombia.html
Don Benjamín Schpilberg, el incansable hombre de trabajo, honesto, servicial y gran señor, ejemplo de la laboriosidad y sencillez que supo ganarse el afecto de la sociedad barranquillera. A nivel comunitario, su principal virtud estuvo en la inconmovible solidaridad con sus correligionarios a los que nunca negó un favor a hizo caso omiso de una necesidad de inaplazable cobertura. Ya en 1928era uno de los fundadores de la Sociedad Israelita de Socorro Mutuo de Barranquilla, entidad mutualista cultural y de servicios médicos que se prestaba a través de la “Clínica Unida” del Dr. Kupfer una especie de lo que hoy denominaremos EPS. En 1932, hace parte la primera junta directiva del Centro Israelita Filantrópico, en compañía de prestantes correligionarios.
Corría el año de 1960. ya se había construido el Colegio Hebreo Unión y el Club Social CIF. Estaba en marcha el proyecto de construcción de la sinagoga Bet-El.
Había un lunar en las actividades comunitarias y era el cementerio Jevra Kadisha. A pesar de que ya albergaba en su seno a algunos miembros de la primera generación de inmigrantes, no era precisamente un lugar adecuado dado el abandono en que se encontraba. La junta directiva debatió el tema durante algunas semanas y por unanimidad acogieron el nombre de Don Benjamín Schpilberg como presidente de la Jevra Kadisha. Don Benjamín, acostumbrado a ponerle el pecho a las dificultades acepto el cargo de convertir el cementerio en un sitio agradable, bien cuidado y sobre todo digno del destino que se le daba. Fueron 10 años de constante dedicación. Siembra de árboles, adecuación de jardines, iluminación interior y exterior. Nuevos portones. El Dr. José Watnik consiguió, ocupando un escaño en el Concejo Municipal, que la entidad edilicia se interesase en la pavimentación de la calle de acceso al cementerio.
Una labor extraordinaria la desplegada por Don Benjamín Schpilberg que le reconoció la comunidad judía de Barranquilla al rendirle, el 23 de marzo de 1994, un calido homenaje en la sinagoga Bet-El, donde se coloco una placa resaltando su labor en la Jevra.
En 1950 recibió una comunicación de Don Alfredo Steckerl Bauer, a la sazón presidente del Colegio Hebreo Unión y uno de sus principales gestores, ofreciéndole la posibilidad de trasladarse a Barranquilla en calidad de rector de ese plantel de enseñanza, en la nueva sede de la calle 74 con carrera 60.
Acepto “el profe” la oferta de Don Alfredo Steckerl, viajando a Barranquilla para hacerse cargo de la dirección del Colegio Hebreo Unión, imprimiéndole desde el primer día a la actividad académica su sello personal, donde se conjugaban la sapiencia del instructor que logra de manera natural transmitir sus conocimientos a los educandos y el sistema optimo de conseguir que los alumnos aprendieran sin necesidad de apremios o esguinces de carácter metodológico que generalmente arruinaban en la mayoría de los planteles el deseo de estudiar, provocando deserción y abandono de las aulas por parte los alumnos.
En 1952-31 de mayo contrajo en Barranquilla matrimonio con Doña Alina Rais, natural de Bijawa Polonia nacida en agosto 4 de 1921. De 1950 a 1955, “el profe”, regento los destinos académicos del Colegio Hebreo Unión, en el que ejercía al mismo tiempo la dirección de los estudios judaicos y profesor de materias hebraicas.
Conocedor aplicado de las leyes y tradiciones de la religión judía como también de la interpretación de la Torá, los profetas y guías espirituales del pueblo elegido, con sin igual competencia y en unión de otros conocedores en materia religiosa de la comunidad, confirmo o improbó situaciones pocos claras de las conductas y comportamientos en ese sentido, ayudando a mantener incólumes y en el alto los principios y valores del judaísmo local.
Sus habilidades docentes y administrativas hicieron que los padres de familia cuyos hijos recibían educación formal en el Hebreo Unión le eligiesen miembro de la junta directiva del colegio durante los años ‘957 a 1960, donde siempre estuvo atento asesorando a Don Alfredo Steckerl, presidente de la junta directiva del colegio, en el permanente afán de este ultimo, de mejorar cada vez mas la calidad de enseñanza que se impartía a los hijos de los miembros de la comunidad y naturalmente, a toda la población estudiantil del Hebreo Unión.
En el aspecto religioso, Erich Spitz se considera judío de línea conservadora. De sus pequeños hábitos dice que cuando quiso fumar no tenia plata y cuando la tuvo ya no podía fumar. Su esposa lo cataloga como de carácter fuerte, aficionado a la música clásica, a la comida que ella cocina y a los postres. Conservador, cordial con la gente, esta muy agradecido con la vida. Tiene especial predilección por sus nietos. Su mas reciente satisfacción, aparecer en la próxima edición del libro “Quien es Quien” editado en los Estados Unidos.
El Dr. Erich Spitz Hirsch, uno de los contados profesionales que emigraron hacia Colombia en los días anteriores a la II Guerra Mundial, se constituyo en parte del esfuerzo de los empresarios de la Barranquilla de antaño que consolidaron a la ciudad como la primera urbe comercial e industrial del país.
La migración de gente con un bagaje de conocimientos técnicos y cerebro afinado por su permanencia en las aulas universitarias, fue altamente benéfica para Colombia.
Barranquilla tierra de emigrantes de buena calidad técnica y humana aprovecho al máximo la coyuntura de poseer dentro de su organización social, ciudadanos de esta categoría. Erich Spitz tuvo la oportunidad de poner en practica sus conocimientos y experiencia a favor de la industria local, generadora de beneficios en cuanto a ocupación laboral y mejora a la calidad de vida del ciudadano común.
Cabalgando ya sobre la octava década de su existencia, el Dr. Spitz bien puede considerarse satisfecho por las realizaciones que a nivel personal, industrial, comercial y social ha alcanzado y junto a el sus correligionarios de la comunidad judía de Colombia.
La historia de los inmigrantes europeos que se acercaron a nuestras costas antillanas a mediados de los años veinte es poco mas o menos igual, presentándose cierta similitud entre una y otra porque las condiciones socio-económicas y ético-religiosas dadas en el contexto de la Europa central y del este eran las mismas y afectaban a millones de personas de diferentes nacionalidades, unidas por el cordón umbilical de una crónica de milenios imbricada a la de cada país en particular.
Rusia, Lituania, Estonia, Alemania, Austria, Polonia, Los Países Bajos junto a Inglaterra, Italia y España entre otras, formaban la intrincada maraña histórica europea llena de matices políticos, raciales, económicos y religiosos, detonadores de los repetitivos y graves conflictos entre naciones que durante siglos tuvieron ocurrencia en el llamado viejo continente y cuyas repercusiones no dejaran de sentirse en el milenio próximo a comenzar.
Cerca o lejos, directa o tangencialmente el presente del planeta esta conectado a los sucesos y fenómenos acaecidos en un continente que como el europeo, tuvo en sus manos la dirigencia del planeta o al menos de lo que antes del viaje de Colombo se conocía de el y durante los 504 años que han transcurrido del memorable grito lanzado por el sefaradi De Triana al divisar las playas de Guanani.
Don Benjamín Schpilberg, el incansable hombre de trabajo, honesto, servicial y gran señor, ejemplo de la laboriosidad y sencillez que supo ganarse el afecto de la sociedad barranquillera. A nivel comunitario, su principal virtud estuvo en la inconmovible solidaridad con sus correligionarios a los que nunca negó un favor a hizo caso omiso de una necesidad de inaplazable cobertura. Ya en 1928era uno de los fundadores de la Sociedad Israelita de Socorro Mutuo de Barranquilla, entidad mutualista cultural y de servicios médicos que se prestaba a través de la “Clínica Unida” del Dr. Kupfer una especie de lo que hoy denominaremos EPS. En 1932, hace parte la primera junta directiva del Centro Israelita Filantrópico, en compañía de prestantes correligionarios.
Corría el año de 1960. ya se había construido el Colegio Hebreo Unión y el Club Social CIF. Estaba en marcha el proyecto de construcción de la sinagoga Bet-El.
Había un lunar en las actividades comunitarias y era el cementerio Jevra Kadisha. A pesar de que ya albergaba en su seno a algunos miembros de la primera generación de inmigrantes, no era precisamente un lugar adecuado dado el abandono en que se encontraba. La junta directiva debatió el tema durante algunas semanas y por unanimidad acogieron el nombre de Don Benjamín Schpilberg como presidente de la Jevra Kadisha. Don Benjamín, acostumbrado a ponerle el pecho a las dificultades acepto el cargo de convertir el cementerio en un sitio agradable, bien cuidado y sobre todo digno del destino que se le daba. Fueron 10 años de constante dedicación. Siembra de árboles, adecuación de jardines, iluminación interior y exterior. Nuevos portones. El Dr. José Watnik consiguió, ocupando un escaño en el Concejo Municipal, que la entidad edilicia se interesase en la pavimentación de la calle de acceso al cementerio.
Una labor extraordinaria la desplegada por Don Benjamín Schpilberg que le reconoció la comunidad judía de Barranquilla al rendirle, el 23 de marzo de 1994, un calido homenaje en la sinagoga Bet-El, donde se coloco una placa resaltando su labor en la Jevra.
En 1950 recibió una comunicación de Don Alfredo Steckerl Bauer, a la sazón presidente del Colegio Hebreo Unión y uno de sus principales gestores, ofreciéndole la posibilidad de trasladarse a Barranquilla en calidad de rector de ese plantel de enseñanza, en la nueva sede de la calle 74 con carrera 60.
Acepto “el profe” la oferta de Don Alfredo Steckerl, viajando a Barranquilla para hacerse cargo de la dirección del Colegio Hebreo Unión, imprimiéndole desde el primer día a la actividad académica su sello personal, donde se conjugaban la sapiencia del instructor que logra de manera natural transmitir sus conocimientos a los educandos y el sistema optimo de conseguir que los alumnos aprendieran sin necesidad de apremios o esguinces de carácter metodológico que generalmente arruinaban en la mayoría de los planteles el deseo de estudiar, provocando deserción y abandono de las aulas por parte los alumnos.
En 1952-31 de mayo contrajo en Barranquilla matrimonio con Doña Alina Rais, natural de Bijawa Polonia nacida en agosto 4 de 1921. De 1950 a 1955, “el profe”, regento los destinos académicos del Colegio Hebreo Unión, en el que ejercía al mismo tiempo la dirección de los estudios judaicos y profesor de materias hebraicas.
Conocedor aplicado de las leyes y tradiciones de la religión judía como también de la interpretación de la Torá, los profetas y guías espirituales del pueblo elegido, con sin igual competencia y en unión de otros conocedores en materia religiosa de la comunidad, confirmo o improbó situaciones pocos claras de las conductas y comportamientos en ese sentido, ayudando a mantener incólumes y en el alto los principios y valores del judaísmo local.
Sus habilidades docentes y administrativas hicieron que los padres de familia cuyos hijos recibían educación formal en el Hebreo Unión le eligiesen miembro de la junta directiva del colegio durante los años ‘957 a 1960, donde siempre estuvo atento asesorando a Don Alfredo Steckerl, presidente de la junta directiva del colegio, en el permanente afán de este ultimo, de mejorar cada vez mas la calidad de enseñanza que se impartía a los hijos de los miembros de la comunidad y naturalmente, a toda la población estudiantil del Hebreo Unión.
En el aspecto religioso, Erich Spitz se considera judío de línea conservadora. De sus pequeños hábitos dice que cuando quiso fumar no tenia plata y cuando la tuvo ya no podía fumar. Su esposa lo cataloga como de carácter fuerte, aficionado a la música clásica, a la comida que ella cocina y a los postres. Conservador, cordial con la gente, esta muy agradecido con la vida. Tiene especial predilección por sus nietos. Su mas reciente satisfacción, aparecer en la próxima edición del libro “Quien es Quien” editado en los Estados Unidos.
El Dr. Erich Spitz Hirsch, uno de los contados profesionales que emigraron hacia Colombia en los días anteriores a la II Guerra Mundial, se constituyo en parte del esfuerzo de los empresarios de la Barranquilla de antaño que consolidaron a la ciudad como la primera urbe comercial e industrial del país.
La migración de gente con un bagaje de conocimientos técnicos y cerebro afinado por su permanencia en las aulas universitarias, fue altamente benéfica para Colombia.
Barranquilla tierra de emigrantes de buena calidad técnica y humana aprovecho al máximo la coyuntura de poseer dentro de su organización social, ciudadanos de esta categoría. Erich Spitz tuvo la oportunidad de poner en practica sus conocimientos y experiencia a favor de la industria local, generadora de beneficios en cuanto a ocupación laboral y mejora a la calidad de vida del ciudadano común.
Cabalgando ya sobre la octava década de su existencia, el Dr. Spitz bien puede considerarse satisfecho por las realizaciones que a nivel personal, industrial, comercial y social ha alcanzado y junto a el sus correligionarios de la comunidad judía de Colombia.
La historia de los inmigrantes europeos que se acercaron a nuestras costas antillanas a mediados de los años veinte es poco mas o menos igual, presentándose cierta similitud entre una y otra porque las condiciones socio-económicas y ético-religiosas dadas en el contexto de la Europa central y del este eran las mismas y afectaban a millones de personas de diferentes nacionalidades, unidas por el cordón umbilical de una crónica de milenios imbricada a la de cada país en particular.
Rusia, Lituania, Estonia, Alemania, Austria, Polonia, Los Países Bajos junto a Inglaterra, Italia y España entre otras, formaban la intrincada maraña histórica europea llena de matices políticos, raciales, económicos y religiosos, detonadores de los repetitivos y graves conflictos entre naciones que durante siglos tuvieron ocurrencia en el llamado viejo continente y cuyas repercusiones no dejaran de sentirse en el milenio próximo a comenzar.
Cerca o lejos, directa o tangencialmente el presente del planeta esta conectado a los sucesos y fenómenos acaecidos en un continente que como el europeo, tuvo en sus manos la dirigencia del planeta o al menos de lo que antes del viaje de Colombo se conocía de el y durante los 504 años que han transcurrido del memorable grito lanzado por el sefaradi De Triana al divisar las playas de Guanani.
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